La comunidad de Cajicá le dio el último adiós a Valeria Afanador, la menor de 10 años que fue hallada sin vida 18 días después de su desaparición. En un emotivo sepelio, su padre, Manuel Afanador, ofreció unas sentidas palabras de despedida, donde expresó el profundo dolor de su familia, agradeció el apoyo recibido y, en medio de su angustia, lamentó que la maldad de un ser humano haya puesto fin a la vida de su hija.
“Alma partida en pedazos”: el desgarrador adiós del padre
Ante un país que siguió con esperanza la intensa búsqueda de su hija, Manuel Afanador, padre de Valeria, tuvo la difícil tarea de despedirla en un sepelio en Cajicá. Con el alma partida, el padre de la menor de 10 años, con síndrome de Down, expresó el profundo dolor que vive su familia, pero también se tomó un momento para agradecer a las cientos de personas que se unieron a las jornadas de búsqueda y a la familia en este difícil momento.
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“Hoy, con mi alma partida en pedazos, le devuelvo a Dios el ser que me hizo muy feliz, la princesa que vino a pintar mil colores”, dijo el padre en medio de un silencio sepulcral que reflejó la profunda conmoción de los asistentes y del país en general. En su discurso, también destacó la inocencia de los niños, un valor que, según él, los adultos han olvidado. “Aprendimos que en los niños no hay maldad, vimos que los niños son amor”, aseguró. Sus palabras, impregnadas de un profundo dolor, resonaron en los corazones de los asistentes, quienes no pudieron contener las lágrimas.
El clamor de la familia: la maldad de un hombre detrás de la tragedia
La tragedia de Valeria se originó el pasado 12 de agosto, cuando la menor fue vista por última vez en el Gimnasio Campestre Los Laureles, en Cajicá. Tras una intensa búsqueda de 18 días, su cuerpo fue hallado por un campesino cerca al río Frío, muy cerca del colegio donde había desaparecido.
Un aspecto que ha generado una serie de interrogantes es que el cuerpo fue encontrado en una zona que ya había sido inspeccionada en múltiples ocasiones, incluso con tecnología de punta y perros especializados. Esto llevó a las autoridades a considerar “improbable” que el cuerpo hubiese estado allí desde la fecha de su desaparición, lo que apunta a la posible intervención de terceros.
En medio de su dolor, el padre de Valeria también se refirió a la causa de la trágica muerte de su hija. “Fue el hombre, lleno de maldad, el que nos la quitó”, afirmó, en una clara alusión al posible secuestro y asesinato de la menor. El testimonio del padre de Valeria, sumado a las extrañas circunstancias del hallazgo, ha desatado la indignación de la comunidad, que clama por una investigación exhaustiva que revele los verdaderos responsables.
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La comunidad de Cajicá se unió en un emotivo adiós a Valeria, en una caravana fúnebre que recorrió las calles del municipio y una eucaristía en la Iglesia Inmaculada Concepción. La memoria de la pequeña será recordada por sus familiares y la comunidad, quienes hoy solo piden justicia para que su muerte no quede impune.