Un feminicidio ha sacudido a la comunidad de La Arena, en Piura (Perú), donde una joven de 18 años, identificada como Xiomara Huertas Santiago, fue hallada sin vida y enterrada en un corral. La tragedia tomó un giro aún más oscuro cuando se confirmó que el principal sospechoso del crimen es su tío político, a quien la víctima había denunciado previamente por acoso sexual. El macabro hallazgo desató la ira de los vecinos, quienes intentaron linchar al presunto asesino.
Una desaparición que terminó en tragedia
La angustia de la familia de Xiomara Huertas Santiago comenzó el pasado 19 de agosto, cuando la joven estudiante de Ciencias de la Administración en la Universidad Nacional de Piura salió de su casa y no regresó. Su madre, Milagros S.M., interpuso de inmediato la denuncia, lo que activó una intensa búsqueda por parte de familiares, vecinos y autoridades en el distrito de La Arena.
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La búsqueda terminó de la manera más trágica posible. Un grupo de jóvenes que transitaba cerca de un corral notó movimientos extraños y una zona de tierra recién removida. Al dar aviso a la policía, los agentes se dirigieron al lugar, que resultó ser propiedad de la tía de la víctima. Tras retirar un animal y una letrina improvisada, las autoridades confirmaron el peor de los escenarios: el cuerpo de Xiomara se encontraba enterrado y maniatado.
La indignación de la comunidad y el intento de linchamiento
En la vivienda donde se hizo el hallazgo se encontraba Jorge Silva Álvarez, esposo de la tía de la víctima y el principal sospechoso del crimen. Ante la evidencia, Silva fue detenido de inmediato. Sin embargo, la noticia se esparció rápidamente por la comunidad, desatando una ola de indignación y furia.
Familiares y vecinos, consternados por el terrible hecho y conociendo las denuncias previas de acoso, se abalanzaron sobre el presunto feminicida, intentando lincharlo. La turba agredió al hombre y atacó el vehículo policial que intentaba trasladarlo. La situación se tornó tan violenta que las autoridades tuvieron que usar gas lacrimógeno y solicitar refuerzos para poder sacar al sospechoso de la zona y evitar una tragedia mayor. Finalmente, Silva Álvarez fue llevado a la comisaría de Monte Castillo y luego trasladado a Piura bajo un estricto resguardo para protegerlo de la furia de la población.