Las tiendas D1 se ha convertido en la principal fuente de compra de productos para las familias colombianas por el modelo de negocio austero que manejan, menos personal, precios bajos y en cualquier esquina. Ahora bien, esto también ha sido visto como una oportunidad para los delincuentes, quienes aprovechan la falta de control en las entradas de estos establecimientos y entran a hurtar productos de las tiendas.
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Esta situación se presentó nuevamente en Barranquilla, en donde los propios trabajadores encontraron infraganti a un hombre hurtando productos de las estanterías del D1 de Plaza 63. Según comunicaron los trabajadores del local, el hombre estaba hurtando productos que llegaban a estar avaluados en más de $300.000 pesos.
Una vez pillaron al ladrón, los trabajadores de la tienda lo enfrentan y lo obligan a devolver todos los productos hurtados, llevándose tremenda sorpresa al ver que eran cajas enteras de producto las que le hombre se había llevado en su maleta. La indignación de los trabajadores fue tal que le preguntaron en varias ocasiones por qué hacía ese tipo de actos.
Sumado a esto, le recriminaban al hombre que los productos hurtados o perdidos de los locales tenían que ser pagados por los empleados, por lo que la indignación de los trabajadores era mayor. Le pedían al sujeto tener empatía y pensar que sus actos podrían llevar a otras personas a sufrir consecuencias.
Ahora bien, al ladrón poco y nada le importaba lo que le decían e inclusive confesó que quería hacer con lo robado: revenderlo para su propio beneficio. Sumado a esto, en un punto el hombre se molestó porque lo estaban grabando e inclusive trataba la situación como si no tuviera importancia.