El caso de Sharee Miller se convirtió en uno de los crímenes más impactantes en Estados Unidos. La mujer planeó y ejecutó el asesinato de su esposo, Bruce Miller, con la ayuda de un “amante virtual” a quien conoció en internet. Tras años de negar su participación, en 2016 confesó cómo manipuló a su cómplice para cometer el crimen. Hoy cumple cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
El crimen que conmocionó a Michigan
El 8 de noviembre de 1999, Bruce Miller fue hallado muerto de un disparo de escopeta en su taller de repuestos de autos en Flint, Michigan. En un principio, la policía investigó el caso como un posible robo o ajuste de cuentas, pero la verdad estaba mucho más cerca: su propia esposa había urdido el plan.
Sharee, madre de tres hijos, llevaba pocos meses de casada con Bruce. Sin embargo, pasaba largas horas en línea conversando con otros hombres. Fue así como conoció a Jerry Cassaday, un exdetective con problemas financieros y personales, que pronto se convirtió en su obsesión.
El “amante virtual” y la manipulación
A través de mensajes y llamadas, Sharee convenció a Cassaday de que estaba en peligro. Le inventó historias de maltrato, vínculos con la mafia e incluso un embarazo falso, apoyado en ecografías manipuladas.
“Pasé horas y horas en línea. Era sexo, control, obsesión”, llegó a confesar Sharee años después.
Engañado y profundamente enamorado, Cassaday aceptó ser parte del plan para asesinar a Bruce Miller.
Así se ejecutó el asesinato
En noviembre de 1999, Jerry Cassaday viajó hasta Michigan. Esperó a Bruce en su taller y le disparó con una escopeta en el pecho, quitándole la vida en el acto. Luego abandonó el lugar para que pareciera un ajuste de cuentas.
Mientras tanto, Sharee fingió sorpresa y dolor, asegurando que no sabía nada de lo ocurrido. Sin embargo, el caso daría un giro años más tarde.
La confesión que lo cambió todo
En 2000, consumido por la culpa y porque Sharee lo había abandonado tras el crimen, Jerry Cassaday se quitó la vida. En su casa encontraron un maletín con correos impresos, cartas y una nota suicida donde confesaba haber asesinado a Bruce por amor.
Esa prueba fue la clave para vincular legalmente a Sharee Miller con el asesinato.
Aunque durante más de una década negó su responsabilidad, en 2016 decidió confesar. “No tengo forma de cambiar ni deshacer lo que hice. Todavía me cuesta mucho mirarme al espejo”, declaró.
Finalmente, fue condenada a cadena perpetua y hoy cumple su sentencia en una prisión de Estados Unidos.
Un crimen que marcó un precedente
El caso de Sharee Miller fue uno de los primeros en mostrar cómo las relaciones virtuales podían derivar en crímenes reales, mucho antes de que las redes sociales dominaran la vida digital.
Su historia se convirtió en referencia en debates sobre ciberrelaciones, manipulación psicológica y crímenes digitales, además de ser documentada por medios como ABC News.