Yurani Andrea Sanabria tenía 19 años, era madre de una niña de cuatro y trabajaba como creadora de contenido para adultos para sostener a su pequeña. Su historia, marcada por la separación de sus padres y un entorno familiar complejo, la obligó desde muy joven a buscar formas de sobrevivir en un país donde la informalidad laboral muchas veces significa riesgo de vida.
El 22 de mayo de 2023, Yurani fue recogida por un conductor de aplicación para asistir a un encuentro en una vivienda del municipio de Madrid, Cundinamarca. Era uno de los servicios privados que acordaba, a pesar de las advertencias de su madre, Esperanza Bernal, quien le había dicho:
“Uno no sabe en qué momento se encuentra con un monstruo”.
Ese día, Yurani no volvió. Fue hallada sin vida en una habitación, y aunque el presunto agresor fue capturado en flagrancia, meses después recuperó su libertad por vencimiento de términos. Para su familia, esto fue el inicio de una revictimización judicial.
Una condena que indigna
Según reveló su madre en el podcast Conducta Delictiva, el agresor se negó a pagar el dinero acordado antes del encuentro, lo que provocó una discusión fatal. La defensa del acusado llegó a un preacuerdo con la Fiscalía, que lo calificó como cómplice, y no autor del crimen. La condena fue de 109 meses, pero con beneficios judiciales podría cumplir apenas tres años en prisión.
Para la madre de Yurani, esta decisión es una burla a la justicia:
“Él salió a disfrutar la Navidad mientras yo sufría la ausencia de mi hija”, dijo entre lágrimas.
¿Quién protege a las mujeres como Yurani?
El caso no solo revela la fragilidad del sistema judicial colombiano, sino también la falta de garantías para mujeres que, en contextos de necesidad económica, recurren a plataformas digitales para sostenerse. Pese a los riesgos, Yurani intentaba salir adelante sola, cuidando de su hija, trabajando, y resistiendo los juicios sociales.
Hoy, su madre exige justicia, no solo para honrar la memoria de Yurani, sino para que ninguna otra joven tenga que morir sin que el Estado actúe con contundencia.