En Colombia, la eutanasia se ha consolidado en los últimos años como un derecho fundamental para quienes enfrentan enfermedades graves o condiciones que generan un sufrimiento físico y emocional intolerable. La Corte Constitucional ha emitido varias sentencias que garantizan la posibilidad de acceder a este procedimiento, incluso en casos que no son terminales, siempre y cuando exista un dolor crónico e incontrolable que afecte de manera profunda la dignidad de la persona.
Le puede interesar: Conozca cuáles son los requisitos legales para realizar una eutanasia en Colombia
A pesar de este marco legal, los casos individuales siguen generando debate social, médico y jurídico. El más reciente es el de Melissa Gaona, una joven de 25 años de Bogotá, que en las últimas horas se volvió tendencia en redes sociales tras compartir públicamente su decisión de solicitar la eutanasia.
Melissa padece endometriosis, una enfermedad que se caracteriza por el crecimiento anormal del tejido del endometrio fuera del útero, lo que provoca fuertes dolores, sangrados abundantes, fatiga e incluso puede afectar otros órganos del cuerpo. En su caso, la condición ha derivado en dolor crónico y complicaciones en su sistema excretor y respiratorio, lo que limita drásticamente su día a día.
En un emotivo video publicado en redes sociales, la joven explicó con lágrimas el motivo de su decisión:
“He visto a muchos especialistas, pero el dolor sigue y persiste, cada día es menos tolerable y no puedo hacer actividades como comer, orinar, defecar y dormir, lo cual le quita dignidad a mi vida. Esta vida que estoy viviendo no es una vida digna, no es una decisión tomada al azar, son años de malestares que han apagado mi energía. El dolor es tan grande que no me permite dar un paso, he buscado ayuda de todos los tipos y aun así vivo con un dolor que no me permite trabajar, descansar, estudiar y disfrutar de quien soy yo. Quiero que se me respete mi voluntad”.
No obstante, Melissa aseguró que su solicitud fue negada por las autoridades de salud. Según relató, le proponen someterse a una cirugía altamente invasiva que, aunque podría aliviar algunos síntomas, no garantiza que desaparezca el dolor crónico que lleva años deteriorando su vida. Entre lágrimas, expresó su frustración y miedo frente a esa alternativa:
“Me siento obligada a exponerme a una cirugía abrasiva que puede que ni siquiera me quite el dolor. Estoy cansada de intentar y no encontrar alivio. No quiero prolongar un sufrimiento que me arrebata la dignidad”.
El caso ha despertado una ola de reacciones en redes sociales. Miles de usuarios han manifestado su apoyo y solidaridad, resaltando la importancia de respetar su autonomía y derecho a decidir sobre su cuerpo y su vida. Sin embargo, también se han alzado voces críticas que consideran que, por su juventud, debería recibir otras alternativas médicas y emocionales antes de acceder a la eutanasia.
La decisión final sobre el caso de Melissa está en manos de los comités médicos y jurídicos que analizan su solicitud. Mientras tanto, su voz se ha convertido en un símbolo de lucha por la dignidad y el derecho a ser escuchada en medio de un dolor que asegura la ha acompañado por años.