El expresidente Álvaro Uribe Vélez, en su primera aparición pública tras recobrar su libertad, criticó duramente al gobierno de Gustavo Petro, comparando su gestión con la del exmandatario venezolano Hugo Chávez. El ex jefe de Estado, acompañado de cientos de simpatizantes en el municipio de Sabaneta, agradeció las muestras de solidaridad y prometió seguir en la lucha por “la libertad de Colombia”. Uribe se refirió a las políticas del Gobierno de turno, enfocándose en la libertad de prensa y en supuestas intenciones de enviar militares para cuidar a Nicolás Maduro.
La agenda política de Uribe tras la liberación
En un discurso ante sus seguidores, el expresidente Álvaro Uribe anunció que dedicará “cada minuto de mi libertad a la libertad de Colombia”. El exmandatario aseguró que el próximo sábado rendirá un homenaje al fallecido exsenador Miguel Uribe Turbay en el sur de Bogotá. Además, aprovechó su discurso para arremeter contra el Gobierno Petro. “No podemos aceptar las amenazas de este Gobierno a la libertad de prensa. No le pueden quitar un canal de televisión a alguien que lo tiene lícitamente adquirido. Dice el presidente de la República que él quiere comprar tal canal, así empezó Chávez”, relató.
El expresidente también cuestionó las políticas de seguridad del Gobierno y señaló que se pretendería enviar militares colombianos para proteger a Nicolás Maduro. Uribe recordó que el gobierno de Estados Unidos ofrece una millonaria recompensa por el dictador venezolano y que Colombia no puede ser cómplice de la situación. En su intervención, el líder del Centro Democrático hizo un llamado a la unión de los colombianos y a una coalición para las elecciones de 2026, con el fin de trabajar por la seguridad, la economía y la educación.
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El contexto oficial de su liberación
La libertad de Álvaro Uribe fue ordenada por el Tribunal Superior de Bogotá, que revocó la detención domiciliaria que le había sido impuesta por una jueza de primera instancia. La decisión del Tribunal se basó en una acción de tutela presentada por la defensa de Uribe, que argumentó la vulneración de sus derechos fundamentales al debido proceso y a la presunción de inocencia.
Según las fuentes judiciales, el Tribunal consideró que la orden de privación de la libertad era desproporcionada y carecía de una justificación sólida. Los magistrados desestimaron los argumentos sobre un posible riesgo de fuga o de obstrucción a la justicia por parte de Uribe, pues el expresidente siempre había atendido las citaciones judiciales.
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El fallo también cuestionó el criterio de la jueza de usar la notoriedad de Uribe como un factor para determinar un posible riesgo de fuga, lo que, según el Tribunal, es un “razonamiento subjetivo que viola la igualdad ante la ley”. La decisión de dejar a Uribe en libertad se mantendrá hasta que el mismo Tribunal resuelva la apelación de la condena de 12 años por los delitos de soborno a testigos y fraude procesal.