La trata de personas es una de las peores formas de explotación y una grave violación a los derechos humanos. Ocurre cuando individuos son captados, trasladados o retenidos con el fin de ser explotados, tanto dentro como fuera de su país de origen. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) enfatiza que cualquiera puede ser víctima, sin importar su edad, género, origen, nivel educativo o situación económica. Por ello, en esta fecha crucial, la agencia de Naciones Unidas para la migración hace un llamado urgente a la acción colectiva para prevenir este crimen que afecta a millones de personas en todo el mundo, con especial énfasis en las poblaciones más vulnerables.
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La iniciativa de la OIM, enmarcada en su campaña “Tu vida cambia”, busca empoderar a la población, brindando herramientas prácticas esenciales para reconocer el delito, prevenirlo y reportarlo. Fernando Medina, Jefe de Misión de OIM Colombia, subrayó la naturaleza engañosa de este crimen: “La trata de personas puede comenzar con una promesa atractiva, por eso, si algo parece demasiado bueno o urgente, hay que detenerse y pensar para evitar poner en riesgo la libertad”. Además, agregó que “migrar de forma regular es una de las maneras de reducir el riesgo”. La OIM extiende una invitación a gobiernos, organizaciones sociales, el sector privado, medios de comunicación y a toda la sociedad a difundir estas recomendaciones y fortalecer las redes de protección comunitaria.
Siete consejos esenciales para protegerse de la trata de personas
La OIM ha desglosado siete recomendaciones fundamentales para prevenir la trata de personas:
- Nunca entregue sus documentos o información personal a fuentes poco fiables. Conservar su pasaporte, cédula o cualquier identificación personal es crucial, ya que “quien controla sus documentos, puede controlar su libertad”.
- Desconfíe de ofertas que parezcan demasiado buenas. Si le prometen ingresos altos con poco esfuerzo, es fundamental investigar a fondo. La OIM advierte que “muchas víctimas de trata de personas son captadas con falsas promesas laborales, de viajes o de estudio”.
- Cuidado con los préstamos sospechosos. Evite aceptar dinero de desconocidos o bajo condiciones poco claras, ya que “una deuda puede convertirse en una forma de control o coerción”.
- Manténgase alerta ante entrevistas extrañas. Si le piden fotos con poca ropa o le citan en lugares inseguros, son señales de peligro. “Priorice siempre su seguridad”.
- Proteja a niñas, niños y adolescentes. Es vital escucharlos, hablarles abiertamente y estar atentos a sus relaciones y a su actividad en las redes sociales. “El 50% de las víctimas menores de edad, fueron captadas por medios digitales como redes, videojuegos o chat”.
- Comparta información con su familia y amigos. Antes de aceptar un trabajo o una oportunidad de estudio, informe a sus seres queridos sobre el empleador o lugar de estudio, la ubicación y los contactos. “Estar conectados puede marcar la diferencia”.
- Si ve algo extraño, actúe. No sea indiferente; reporte cualquier señal de alerta. Su intervención puede salvar vidas. En Colombia, la línea disponible es el 018000-522020 y la aplicación LibertApp.
Asistencia y estadísticas
Desde hace más de 25 años, la OIM apoya los esfuerzos del Estado colombiano y la sociedad civil en la prevención de la trata y la asistencia a las víctimas, como parte de su misión de salvar vidas y proteger a las personas en movimiento. La ruta integral de atención a sobrevivientes comienza con la identificación temprana y se coordina con el Centro Operativo Anti-Trata (COAT) del Ministerio del Interior y los comités locales de lucha contra la trata.
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Las víctimas de trata reciben asistencia inmediata que incluye refugio, atención médica, asesoría jurídica y apoyo psicosocial. La OIM también acompaña su recuperación con formación laboral, redes de apoyo comunitarias y acceso a salud mental, promoviendo su autonomía y resiliencia.
Entre 2024 y 2025, la OIM identificó y atendió a 459 personas víctimas de trata. Los fines de explotación más reportados fueron: explotación sexual (77.5%), trabajo forzado (12.3%) y matrimonio servil (3.7%). En cuanto a la nacionalidad, el 58% de las víctimas directas eran colombianas, y el 42% extranjeras, principalmente venezolanas y ecuatorianas.