La joven Claudia Silvana Torres, cuya identidad ha sido vinculada al trágico deceso de su hija, continúa en un centro asistencial, posponiendo su ingreso a la cárcel para mujeres Villa Josefina de Manizales. Según información de las autoridades caldenses, se espera que los médicos le den de alta este viernes, lo que permitiría a la Policía efectuar su traslado al penal y dejarla a disposición del personal del Inpec. Solo entonces comenzaría a cumplir la medida de aseguramiento carcelaria ordenada por el juez.
Silvana Torres fue remitida a la Clínica Psiquiátrica San Juan de Dios desde la Clínica Ospedale, donde ingresó de urgencia el pasado sábado al mediodía. Socorristas la encontraron con una herida autoinfligida en el cuello, producida con un arma blanca. A la joven se le atribuye haber causado la muerte de su hija también con arma blanca, para luego autolesionarse. Afortunadamente, sus heridas no revistieron gravedad.
La defensa de inimputabilidad: ¿Un escape a la prisión?
Durante la audiencia de control de garantías, Claudia Silvana Torres decidió no aceptar los cargos que le imputó la Fiscalía por el delito de homicidio agravado. Su abogado defensor, por su parte, argumentó desde el inicio la inimputabilidad de su representada, aduciendo un cuadro psicológico complejo.
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Un informe médico clave en el proceso relata que Claudia Silvana les confesó a los galenos que, en un momento de “ceguera de ira”, buscó un cuchillo en la cocina y, tras el acto, no recuerda nada de lo sucedido. El mismo informe añade que ella “quería morirse porque sabía que la odiaban por lo que hizo”, un testimonio que podría ser central en la estrategia de la defensa.
En la crucial etapa de juicio oral, el equipo legal de la sospechosa buscará argumentar con fuerza la inimputabilidad de la mujer. El objetivo final de esta defensa es que, en lugar de ser condenada a prisión, Claudia Silvana Torres sea enviada a un centro de atención mental, donde pueda recibir un tratamiento psicológico especializado. Este caso, de gran sensibilidad, continuará generando debate sobre la intersección entre la justicia penal y la salud mental en crímenes de esta magnitud.