El corazón de la tensión entre Tailandia y Camboya yace en una delimitación fronteriza establecida por un mapa colonial francés de 1907. Este documento ha sido la fuente de fricciones constantes, especialmente en torno a la soberanía del templo milenario de Preah Vihear. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ya dictaminó en 1962, y reafirmó en 2013, la soberanía camboyana sobre el área del templo. Sin embargo, Tailandia ha mantenido objeciones a la jurisdicción de la corte en ciertas partes de la disputa, lo que ha perpetuado la irritación bilateral.
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La prolongada indefinición de los más de 800 kilómetros de frontera terrestre que comparten ambos países ha provocado periódicos brotes de tensión, con enfrentamientos que han costado vidas y desplazado a miles de personas a lo largo de las décadas.
La Reciente Escalada de Violencia
La situación, que venía gestándose desde mayo con un intercambio de disparos que cobró la vida de un soldado camboyano, se agravó considerablemente. El jueves pasado, los enfrentamientos escalaron con reportes de bombardeos, disparos y lanzamientos de cohetes. Las autoridades tailandesas confirmaron la trágica cifra de al menos once civiles tailandeses muertos y catorce heridos en tres provincias afectadas. La respuesta de Tailandia incluyó ataques aéreos, marcando un nivel de confrontación pocas veces visto en los últimos años.
Según el Ministerio de Defensa tailandés, los combates se extendieron a por lo menos seis zonas a lo largo de la frontera, con un primer foco en el área cercana al antiguo templo de Ta Muen Thom, que linda con la provincia tailandesa de Surin y la camboyana de Oddar Meanchey. Esta escalada se produjo apenas horas después de que ambos países rebajaran sus relaciones diplomáticas, lo que subraya la fragilidad de la tregua.
Repercusiones Diplomáticas y Políticas Internas
La intensificación del conflicto no solo ha tenido consecuencias militares y humanitarias, sino también diplomáticas y políticas internas. Tailandia ha impuesto restricciones estrictas en la frontera, llegando a anunciar el cierre total, impactando significativamente el comercio y el tránsito de personas. Camboya ha respondido con boicots a productos, películas y programas de televisión tailandeses, así como a la importación de combustible y a algunos enlaces internacionales de internet y suministro eléctrico de su vecino.
En el ámbito político tailandés, la disputa ha generado una crisis interna. La primera ministra, Paetongtarn Shinawatra, fue suspendida de su cargo el 1 de julio para ser investigada por posibles violaciones éticas. Esta medida se tomó tras la filtración de una llamada en junio con un alto dirigente camboyano, en la que se refirió al ex primer ministro Hun Sen como “tío” y criticó a líderes militares tailandeses. Críticos calificaron estos comentarios como irrespetuosos con la soberanía nacional, lo que provocó indignación y protestas. Aunque Paetongtarn se disculpó, la controversia debilitó su coalición gobernante.

