El Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó esta semana una iniciativa legislativa que propone una reducción del 50 % en los fondos no militares asignados a Colombia, decisión que podría reconfigurar la cooperación bilateral si se mantiene en los siguientes pasos del trámite legislativo.
La propuesta, liderada por el congresista republicano Mario Díaz-Balart, plantea una disminución de más de 208 millones de dólares y fue respaldada por 35 votos a favor y 27 en contra dentro del comité. Ahora el proyecto avanza hacia la plenaria de la Cámara y, de ser aprobado, pasará al Senado.
Le puede interesar: “Burro hablando de orejas”: Benedetti sobre el informe de EE.UU. que señala consumo de drogas en el gobierno Petro
Motivos del recorte: críticas severas a la administración Petro
Díaz-Balart, quien ocupa la vicepresidencia del comité, justificó la medida señalando deficiencias en el uso de los recursos por parte del actual Gobierno colombiano y expresó inquietudes sobre la gestión del presidente Gustavo Petro.
“El presidente Petro parece insistir que quiere relaciones con todos los enemigos de la democracia, con grupos narcotraficantes, con grupos antisemitas y no quiere la relación especial con los Estados Unidos”, manifestó el congresista, quien además aseguró que el proyecto “deja muy claro que los días de una política exterior estadounidense débil han terminado”.
El informe que acompaña la propuesta menciona una serie de preocupaciones:
- Aumento en el consumo de drogas, incluso “en los niveles más altos del gobierno”.
- “Deterioro” de la seguridad interna.
- “Volatilidad política creciente”, mencionando el intento de asesinato del senador opositor Miguel Uribe.
- Reaparición de actores armados en zonas recuperadas por el Estado.
- Presuntas irregularidades judiciales en el caso contra el expresidente Álvaro Uribe.
Impacto potencial y reacciones diplomáticas
Aunque los fondos de carácter militar no fueron afectados por esta decisión, el recorte en cooperación civil podría debilitar programas relacionados con desarrollo rural, consolidación de la paz y fortalecimiento institucional.
El embajador de Colombia en Washington, Daniel García Peña, ya se encuentra gestionando reuniones con congresistas estadounidenses para intentar revertir o suavizar la medida. Según el diplomático, este tipo de procesos “apenas comienzan” y han ocurrido en años anteriores sin llegar a concretarse totalmente.
Desde el Partido Demócrata también se alzaron voces de advertencia. El congresista James P. McGovern expresó su preocupación, afirmando:
“Lo que más me preocupa es que Estados Unidos se haya alejado de nuestro papel de liderazgo en el apoyo e inversión en la consolidación de la paz en Colombia”.
Gimena Sánchez, de la organización WOLA, advirtió además sobre el riesgo de que Colombia fortalezca alianzas con países fuera del eje tradicional de Washington si se percibe una ruptura en el respaldo estadounidense:
“Si Estados Unidos se distancia de países como Colombia (...) corre el riesgo de que formen alianzas con actores que competen con los intereses norteamericanos”, puntualizó.
Próximos pasos legislativos
El futuro del recorte dependerá de la votación en la plenaria de la Cámara de Representantes y su posterior evaluación en el Senado. Mientras tanto, el debate sigue creciendo en torno al papel de Estados Unidos en la región y su relación con un socio estratégico como Colombia.