El caso del atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay ha tomado un giro más sombrío tras la reciente confesión de Cristian Camilo González Ardila, el sexto capturado por los hechos ocurridos el pasado 7 de junio. Durante su interrogatorio ante la Fiscalía, González reveló detalles perturbadores sobre el plan que tuvo como objetivo la vida del precandidato presidencial, así como otros atentados que la banda de ‘El Costeño’ tenía en mente. Entre las revelaciones más impactantes se encuentra una amenaza directa de muerte que fue dirigida hacia él tras el fallido ataque a Uribe y la planificación de otro atentado con bombas.
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Las primeras llamadas y la génesis del plan criminal
El ataque contra Miguel Uribe no fue un hecho aislado, sino que formó parte de una serie de planes criminales que comenzaron a gestarse el 2 de junio. Fue en ese momento cuando Cristian Camilo González, conocido como “el motero”, recibió una videollamada de Elder José Arteaga, alias ‘El Costeño’, líder de la banda detrás del atentado. Según la declaración de González, ‘El Costeño’ le solicitó su ayuda para un homicidio. Sin embargo, también le dejó claro que, debido a una pérdida financiera previa, no podría pagarle inicialmente, pero lo pondría en contacto con un colaborador llamado alias ‘Junior’.
A lo largo de varias videollamadas, el plan se fue definiendo, y el jefe criminal especificó que necesitaban a un menor de edad para ejecutar el asesinato, lo cual generó dudas y preocupaciones en González, quien alertó a ‘Junior’ sobre las complicaciones de involucrar a un niño en el crimen. La conversación apuntaba a que este grupo no solo quería asesinar a Uribe, sino también a otras figuras importantes, utilizando menores y nuevas estrategias criminales.
El día del atentado: amenazas y errores
El 7 de junio, día en que finalmente se llevó a cabo el atentado contra Miguel Uribe, González relató que llegó tarde al lugar del crimen y, al escuchar los disparos, trató de comunicarse con ‘El Costeño’, pero no recibió respuesta. Decepcionado y sin recibir instrucciones claras, se retiró del lugar, deteniéndose en el parque de la Alameda donde, según su testimonio, se fumó un cigarro de marihuana antes de regresar a su casa. Fue entonces cuando recibió una llamada de William, alias ‘El Viejo’, quien le pidió que se presentara en un establecimiento, conocido como el “puteadero del Paisa”.
Una vez allí, González fue confrontado nuevamente por ‘El Costeño’, quien, al parecer, estaba de buen ánimo, pero lanzó una amenaza directa en su contra: “Cabrón, usted no sabe nada hijo de perra, usted no sabe nada, si llega a pasar algo le acabamos hasta con el nido de la perra de su casa”.
El tono de la conversación dejó claro que las consecuencias de cualquier fallo serían letales, y ‘El Costeño’ le ofreció una pequeña suma de dinero —10 mil pesos—, además de un paquete de cerveza, en un intento por calmarlo tras el caos de la fallida operación.
La revelación de un nuevo plan de atentado con bombas
Lo más escalofriante de la confesión de González fue la revelación de un segundo ataque criminal que la banda de ‘El Costeño’ estaba planeando. Según el motero, la organización tenía en mente llevar a cabo un atentado con bombas contra una personalidad nacional que viajaba con un esquema de seguridad formado por seis camionetas blindadas. En este ataque, González debía manejar la moto, acercarse a una de las camionetas y colocar la bomba mientras que un “venezolano” se encargaría de pegar el dispositivo explosivo al techo del vehículo. ‘El Costeño’ supervisaría la operación desde un automóvil y controlaría la explosión mediante un dispositivo remoto.
La indignante revelación sobre el objetivo del atentado contra Uribe
Cristian Camilo González también expresó su sorpresa al enterarse de que su objetivo en el atentado contra Miguel Uribe era un político de renombre. Aunque inicialmente no sabía que el objetivo era el senador, cuando escuchó a las personas en el parque gritar “malparidos izquierdistas mataron a Uribe”, se dio cuenta de la magnitud de lo que había sucedido. A pesar de no haber estado al tanto del objetivo político, González aclaró que si hubiera sabido que la víctima era un senador, habría cobrado una cantidad mayor por la operación: “Si hubiera sabido que era el senador, le hubiera cobrado hasta $20 millones”.
El impacto en la investigación y la búsqueda de justicia
La confesión de González ha proporcionado a la Fiscalía información valiosa que podría ser clave en la resolución del caso. Aunque se había avanzado en la identificación de los responsables, los nuevos detalles han ampliado las líneas de investigación, especialmente en lo que respecta a otros posibles atentados planeados por ‘El Costeño’ y su banda.
El testimonio de González también ha despertado el interés de las autoridades, quienes ahora evalúan la posibilidad de otorgar beneficios judiciales a los implicados que colaboren con la investigación. Este tipo de acuerdos han sido usados previamente para desmantelar organizaciones criminales, y la Fiscalía está considerando esta opción mientras sigue rastreando las conexiones de la banda.
Mientras tanto, las amenazas en contra de González revelan la crudeza de los enfrentamientos dentro de las bandas criminales, y las advertencias de ‘El Costeño’ siguen dejando claro que las consecuencias de traicionar a sus jefes son graves. Sin embargo, la información proporcionada por el motero podría resultar en más capturas y esclarecer aún más los motivos detrás del atentado contra Miguel Uribe y otros ataques previstos.
El proceso judicial sigue su curso, y se espera que más implicados sean detenidos a medida que se desentrañan los oscuros detalles de este atentado. La justicia está más cerca, pero el camino es aún largo y lleno de amenazas.

