El Gobierno del presidente Gustavo Petro puso fin a la asignación de subsidios para la compra de vivienda nueva en Colombia a través del programa Mi Casa Ya, que por años fue uno de los pilares de la política habitacional del país. Según confirmó el Ministerio de Vivienda, esta decisión marca un giro estructural en el modelo de subsidios, que ahora estará enfocado en el mejoramiento de vivienda, la vivienda usada y en atender el déficit habitacional de la población más vulnerable.
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La decisión llega en medio de una crisis del sector de la construcción y una caída en la dinámica de ventas de vivienda nueva, lo que ha generado reacciones divididas entre gremios, usuarios y expertos.
Fin de subsidios para vivienda nueva bajo ‘Mi Casa Ya’
El programa Mi Casa Ya, que combinaba subsidios estatales y apoyos financieros para facilitar la adquisición de vivienda nueva a familias de bajos y medianos ingresos, dejará de recibir nuevas solicitudes. Según el Ministerio de Vivienda, se revisarán caso por caso los más de 45.000 hogares preinscritos, y solo se asignarán subsidios a quienes estén legalmente registrados antes del cierre definitivo del programa.
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El resto de los recursos, según confirmó el Ministerio, se redirigirá hacia esquemas diferenciados y focalizados, que priorizan:
- Víctimas del conflicto armado
- Personas en proceso de reincorporación
- Madres comunitarias
- Recicladores de oficio
- Habitantes de zonas rurales
Nuevas prioridades: vivienda usada y mejoramiento habitacional
Con este nuevo enfoque, el Gobierno busca responder a lo que considera una deuda histórica en la cobertura habitacional, especialmente para los sectores más vulnerables. Entre las nuevas estrategias se incluyen cuatro líneas de mejoramiento de vivienda:
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- Ambiental: tecnologías como paneles solares o sistemas de captación de agua.
- Estructural: reforzamiento de viviendas para mayor seguridad sísmica.
- Habitabilidad: adecuación de servicios básicos, techos, pisos y sanitarios.
- Rural: mejoras adaptadas a contextos culturales y territoriales específicos.
Además, se contemplan subsidios para vivienda usada, una medida que amplía el alcance de Mi Casa Ya, aunque con nuevos objetivos.
Camacol advierte: “Esto puede frenar la economía”
El presidente de Camacol, Guillermo Herrera, expresó fuertes críticas a esta nueva política. Según advirtió, el giro hacia subsidios para vivienda usada no genera nueva construcción, por lo tanto, afecta directamente el empleo, el crecimiento del sector constructor y la cadena productiva que depende de la vivienda nueva.
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“La compra de vivienda usada no dinamiza el empleo ni genera inversión en obra nueva. Además, no hay suficientes controles para garantizar la calidad estructural de esas viviendas ni para prevenir fraudes”, indicó Herrera.
Asimismo, alertó que la habilitación de subsidios en municipios con alta demanda —casi todo el país, según la norma— diluye el control de calidad y puede generar desequilibrios en el mercado inmobiliario.
¿Qué viene ahora para la política de vivienda en Colombia?
El Ministerio de Vivienda trabaja actualmente con el DANE y la Superintendencia Financiera en el diseño de nuevos indicadores y sistemas de seguimiento. Se proyecta la creación de un Observatorio del Hábitat Popular, con el que se espera recopilar y analizar datos hasta ahora ignorados, para enfocar mejor las políticas públicas.
Este giro en la política habitacional se inscribe dentro de la visión del Gobierno Petro de priorizar la justicia social y redistribuir recursos hacia la población históricamente excluida del acceso a vivienda digna. Sin embargo, la tensión con los sectores productivos como la construcción continúa aumentando, en un momento en el que el país enfrenta desafíos económicos significativos.

