Irlanda vive una nueva conmoción tras el hallazgo de una fosa común con casi 800 bebés bajo un antiguo convento católico en Tuam, al oeste del país. Las autoridades han iniciado un complejo proceso de exhumación en los terrenos donde funcionó una casa de acogida para madres solteras, regentada por las Hermanas del Buen Socorro entre 1925 y 1961.
Este caso estremecedor, considerado uno de los mayores escándalos de la Iglesia católica en Europa, salió a la luz gracias a la historiadora Catherine Corless, quien descubrió que 796 niños murieron en ese lugar, pero solo dos contaban con certificados de entierro.
Las investigaciones posteriores revelaron que los cuerpos estaban enterrados en tanques sépticos del edificio conocido como “El Hogar”. Una comisión gubernamental establecida en 2014 corroboró en 2017 que había “cantidades significativas de restos humanos” en la zona.
Exhumación e identificación de restos
Las actuales labores de exhumación están siendo lideradas por la Oficina del Director de Intervención Autorizada en Tuam (ODAIT). Los trabajos se desarrollan en un área de 5.000 metros cuadrados y se espera que duren al menos dos años debido a la complejidad del caso.
“Este proceso es único e increíblemente complejo. Los restos están muy mezclados, lo que dificulta su identificación”, afirmó Daniel MacSweeney, director de ODAIT.
Para facilitar la identificación, al menos 80 personas han entregado muestras de ADN, en un esfuerzo por encontrar la verdad sobre sus familiares desaparecidos.
El equipo de trabajo cuenta con expertos de varios países, incluidos Colombia, España, Reino Unido, Canadá, Australia y Estados Unidos. Mientras tanto, las Hermanas del Buen Socorro han ofrecido 2,5 millones de euros para contribuir con la misión, aunque el Gobierno advirtió que esto no las exime de responsabilidades civiles o penales.