En un nuevo avance hacia la reparación integral de víctimas del conflicto armado, el Estado colombiano ha recuperado y redistribuido 263 hectáreas de tierra en San Benito Abad, Sucre, que anteriormente pertenecían a Héctor Julio Alfonso López, exsenador e hijo de la fallecida empresaria Enilce López, conocida como alias ‘La Gata’.
La Sociedad de Activos Especiales (SAE) y la Agencia Nacional de Tierras (ANT) lideraron el proceso de extinción de dominio, sustentado en investigaciones por presuntos vínculos del excongresista con estructuras paramilitares, así como por lavado de activos, enriquecimiento ilícito y financiación de campañas políticas con dineros de origen ilícito.
“La diligencia se da en un proceso de extinción del derecho real de dominio adelantado por la Sociedad de Activos Especiales, SAE, como resultado de graves señalamientos por parapolítica, lavado de activos, enriquecimiento ilícito, concierto para delinquir y financiación de campañas políticas con recursos provenientes de estructuras armadas ilegales”, indicó la ANT.
Reparación histórica para campesinos y pescadores
Las tierras recuperadas serán entregadas a cerca de 25 familias campesinas y pescadoras pertenecientes a la Asociación de Víctimas del Conflicto de Doña Ana, quienes durante años han enfrentado la desigualdad y el despojo.
Felipe Harman, director de la ANT, celebró esta adjudicación como un paso más hacia la justicia agraria y la reparación histórica:
“La recuperación de estos predios provenientes de actividades ilícitas significa la reparación histórica junto con la justicia agraria y social de los campesinos, así como la continuidad de la implementación de la reforma agraria en el país”.
Un paso para la soberanía alimentaria local
Los beneficiarios han manifestado su satisfacción al recibir tierras fértiles y cercanas a sus lugares de residencia, lo que facilitará su acceso y explotación agrícola. La economía local de Doña Ana, profundamente afectada por la violencia, encuentra en esta entrega una oportunidad para reactivarse desde la base campesina.
“Estamos alegres, dichosos, porque vamos a tener donde cultivar, que es lo que queríamos nosotros. (…) Aquí podemos llegar de a pie porque está cerca. Y es algo que queríamos nosotros, estar cerca donde podíamos tener una tierra donde cultivar”, expresó Pedro César Pabuena, uno de los campesinos beneficiarios.
Este caso se suma a las iniciativas estatales que buscan restituir tierras a comunidades rurales afectadas por el conflicto armado, al tiempo que se combate el uso indebido de bienes adquiridos mediante estructuras criminales.