La historia que conmovió a Colombia en 2023, con el milagroso rescate de cuatro niños indígenas en la selva del Guaviare, adquiere ahora un matiz doloroso y perturbador. Manuel Ranoque, quien durante semanas fue presentado como el padre coraje de los menores, ha sido condenado por abuso sexual contra una de las niñas que sobrevivió al accidente aéreo.
En contexto: Fiscalía capturó a Manuel Ranoque, padre de los cuatro niños indígenas rescatados en la selva
El fallo fue emitido por un juzgado de conocimiento, luego de que la Fiscalía General de la Nación demostrara que Ranoque cometió los delitos de actos sexuales abusivos con menor de 14 años y acceso carnal violento, ambos agravados.
La víctima: su hijastra y sobreviviente del accidente en la selva
La víctima es su hijastra, quien tenía 10 años en 2020, cuando comenzaron los abusos. Según la Fiscalía, los hechos ocurrieron de forma reiterada en el resguardo indígena Puerto Sábalo Los Monos, en Solano (Caquetá), y continuaron hasta febrero de 2023, solo unos meses antes del trágico accidente aéreo que captó la atención del mundo entero.
Durante el operativo de rescate, Ranoque fue una de las figuras visibles ante la opinión pública, acompañado por instituciones del Estado, medios de comunicación e incluso altos funcionarios del Gobierno. Sin embargo, al interior de esa familia, otra historia se desarrollaba en silencio.
Abuso sostenido, amenazas y silencio forzado
La investigación reveló que Ranoque aprovechaba la ausencia de su esposa —madre biológica de la niña, quien falleció en el accidente— para perpetrar los abusos. La menor no denunció por miedo:
Ranoque la amenazaba con matarla si le decía algo a su mamá, además le dijo que cuando creciera la convertiría en su esposa porque “se la iba a robar”.
En una ocasión, cuando la niña se atrevió a contarle a un tío lo que estaba viviendo, el hoy condenado la golpeó con un machete y volvió a amenazarla de muerte, según información recopilada por la Fiscalía.
Una verdad que cambia la narrativa
Este caso desmorona por completo la imagen pública que Ranoque construyó en el marco del rescate de los niños Mucutuy. Lo que entonces fue visto como una tragedia seguida de un milagro, hoy se transforma en una historia de supervivencia doble: una niña que no solo venció a la selva, sino que también sobrevivió años de abuso bajo el mismo techo.
El proceso judicial deja al descubierto una de las realidades más duras del país: la vulnerabilidad de los menores en territorios alejados, y cómo las violencias sexuales se perpetúan aún en entornos familiares, incluso cuando estos son elevados al estatus de símbolos nacionales.