Durante la posesión del nuevo magistrado de la Corte Constitucional, Héctor Carvajal —quien fue abogado personal del mandatario— el presidente Gustavo Petro lanzó fuertes acusaciones contra sectores de la extrema derecha colombiana, a quienes señaló de querer fracturar las relaciones bilaterales entre Colombia y Estados Unidos.
El pronunciamiento se da en medio de las tensiones diplomáticas surgidas por el llamado a consultas del encargado de negocios de EE. UU. en Colombia, Jhon McNamara, y la reciente salida de la canciller Laura Sarabia, hechos que han reactivado los cuestionamientos sobre la gestión del Gobierno en política exterior.
Acusaciones graves y advertencias sobre seguridad
En su intervención, el mandatario afirmó que existen intereses ocultos detrás de quienes promueven el deterioro de las relaciones diplomáticas con Washington:
“Les interesa cortar las relaciones con Estados Unidos. Saben que si se cortan las relaciones con ellos, se desploma el andamiaje que hemos construido en la lucha contra el crimen organizado”, declaró Petro.
El presidente reconoció el papel de EE. UU. en la lucha contra redes criminales transnacionales, aunque también cuestionó los criterios selectivos con los que, según él, han operado históricamente:
“Sólo atacan los que van contra ellos”, señaló, insinuando que en ocasiones incluso han existido pactos con organizaciones que no representan amenazas directas para los intereses estadounidenses.
La “junta del narcotráfico” como enemigo central
En su análisis, Petro reafirmó que el conflicto actual no es de ideologías, sino de intereses económicos ligados al narcotráfico. Habló nuevamente de una supuesta “junta del narcotráfico” que actuaría como un bloque de poder transnacional interesado en desestabilizar a Colombia y sabotear su relación estratégica con Estados Unidos.
Además, sugirió —sin confirmarlo directamente— que en las últimas horas su presencia en territorio nacional se habría visto limitada por posibles amenazas violentas provenientes de estas estructuras criminales.
También reiteró su teoría sobre el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, atribuyéndolo a esta misma organización, como un ejemplo del alcance internacional que ha tomado este entramado criminal.
Sobre el llamado a consultas del diplomático estadounidense
Petro buscó bajar el tono a las tensiones con Washington, al asegurar que nunca dijo que Marco Rubio (senador estadounidense, no secretario de Estado) quisiera propiciar un golpe de Estado, como algunos sectores han interpretado. Agregó que los audios y reuniones del excanciller Álvaro Leyva serían prueba de que otras figuras, no él, hicieron ese tipo de señalamientos.
En medio de la controversia, el presidente también hizo mención al debate que sostuvo con el presidente Emmanuel Macron en Sevilla, en el que defendió su postura sobre la urgente descarbonización de las economías globales como parte de la agenda climática.
Con estas declaraciones, el jefe de Estado mezcla temas de seguridad, diplomacia y medio ambiente en un contexto de alta sensibilidad política, mientras sigue defendiendo su modelo de gobernanza ante crecientes tensiones tanto internas como externas.

