En lo que parece ser el capítulo más agresivo de una relación política cada vez más deteriorada, Donald Trump y Elon Musk protagonizan un enfrentamiento directo. Lo que alguna vez fue una alianza millonaria se ha transformado en un cruce de amenazas y ataques públicos. Musk, una de las figuras más influyentes del sector tecnológico y financiero, ha arremetido contra el Partido Republicano y amenaza con fundar un nuevo movimiento político. Trump, por su parte, insinúa que podría utilizar herramientas del Estado para “investigar” e incluso “deportar” a Musk.
Las declaraciones del presidente surgieron tras una pregunta directa de la prensa sobre si consideraría la deportación del magnate. Trump respondió:
“Quizás tengamos que imponerle DOGE a Elon. Ya saben qué es DOGE. DOGE es el monstruo que podría tener que volver y devorar a Elon.”
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La amenaza está relacionada con la Dirección de Eficiencia Gubernamental (DOGE), que Musk lideró durante el gobierno anterior para reducir drásticamente el gasto federal. Ahora, Trump sugiere que ese mismo ente podría ser utilizado contra él.
La pelea se intensificó luego de que Musk criticara duramente el nuevo proyecto de ley fiscal respaldado por Trump, que elevaría el techo de deuda en cinco billones de dólares y recortaría beneficios fiscales para la energía verde. “¡El Partido del Cerdo Cerdito!”, escribió Musk en X, refiriéndose al Partido Republicano. Calificó el proyecto como una “abominación suicida” y “repugnante”.
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Además, Musk recuperó una de sus encuestas virales para sugerir que más del 80% de los votantes estadounidenses estarían a favor de un nuevo partido político. El lunes, dejó clara su intención:
“Si se aprueba este descabellado proyecto de ley de gastos, formaré el Partido América. Estados Unidos necesita una alternativa al unipartido demócrata-republicano”.
La compleja relación entre Musk y Trump
La relación entre Elon Musk y Donald Trump ha sido marcada por altibajos. Durante la campaña presidencial de 2024, Musk fue uno de los principales donantes de America PAC, el comité de acción política que respaldó a Trump, aportando más de 250 millones de dólares. Musk también participó brevemente como asesor del Gobierno en temas de innovación y eficiencia gubernamental.
Sin embargo, las diferencias se agudizaron tras el retorno de Trump al poder, especialmente por la eliminación de exenciones fiscales para vehículos eléctricos, lo que afectaría directamente a Tesla, y por el enfoque del presidente sobre subsidios a la energía verde. Musk expresó su frustración no solo en redes sociales, sino también en declaraciones públicas donde lamentó haber apoyado a Trump.
En semanas recientes, Musk intentó bajar el tono pidiendo disculpas a Trump y reconociendo que “quizá fue demasiado lejos”, pero el intento de reconciliación fue desestimado por el mandatario, quien continuó con sus ataques verbales.
Hoy, la posibilidad de un nuevo partido político fundado por Elon Musk y el uso de aparatos estatales como DOGE contra uno de los empresarios más influyentes del país revelan una fractura profunda que podría alterar el panorama político y empresarial en Estados Unidos.

