El próximo 21 de junio, el hemisferio norte vivirá un evento astronómico que no solo marca el cambio de estación, sino también transforma la duración del día: el solsticio de verano. Este fenómeno, que ocurre una vez al año, se produce cuando la inclinación del eje terrestre alcanza su máxima orientación hacia el Sol, generando así el día más largo y la noche más corta del año.
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Según el portal especializado Star Walk, “el solsticio de verano ocurre cuando la inclinación de la Tierra alcanza su máxima posición hacia el Sol y por ende provoca que se reciba más luz en el día”.
¿Por qué la duración del día varía según la ubicación?
La cantidad de horas de luz solar que se experimenta en este día depende directamente de la ubicación geográfica. Mientras más al norte se ubique una ciudad, mayor será la diferencia en la duración del día.
- Whitehorse, Canadá, verá la luz solar durante 19 horas y 9 minutos.
- En cambio, ciudades cercanas al ecuador como Bogotá disfrutarán de apenas 12 horas y 23 minutos de claridad.
Un fenómeno que influye en el clima y la agricultura
La prolongación del día tiene efectos notables, tanto en la atmósfera como en el suelo. Al aumentar la exposición solar, se incrementa la radiación solar, lo que puede intensificar ciertos fenómenos climáticos como tormentas o cambios en los patrones meteorológicos. Asimismo, esta temporada es clave para la agricultura, pues favorece el crecimiento de cultivos y permite aprovechar al máximo las jornadas en el campo.
No es casual que en muchas culturas el solsticio esté vinculado a rituales de fertilidad y gratitud hacia la tierra. En palabras de Star Walk, “este evento además de marcar el inicio de la temporada de verano también representa un momento de festejo para algunas culturas”.
Celebraciones culturales alrededor del solsticio
A lo largo de la historia, el solsticio de verano ha sido motivo de celebración en diversas civilizaciones:
- En la antigua Roma, se ofrecían tributos a Vesta, protectora del hogar.
- En las regiones nórdicas, el famoso Midsommar reúne a comunidades con bailes, flores y banquetes.
- El pueblo Yakuto, en Siberia Oriental, realiza el Yhyakh, un rito espiritual que conecta al ser humano con la naturaleza mediante danzas, cantos y ceremonias tradicionales.
Hoy en día, este día se ha transformado también en una ocasión para disfrutar al aire libre, practicar actividades recreativas y reflexionar sobre el vínculo entre humanidad y entorno.
¿Y después del solsticio?
Aunque el 21 de junio es el día más largo, no todos los días del verano serán así de extensos. A partir de esa fecha, la duración de los días comenzará a disminuir paulatinamente hasta llegar al equinoccio de otoño, cuando el día y la noche tendrán una duración similar.
El solsticio de verano no solo es un espectáculo natural, sino también una oportunidad para mirar al cielo y recordar que, aunque imperceptibles a simple vista, los movimientos de la Tierra tienen un impacto profundo en la vida diaria.