Las autoridades que investigan el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado 7 de junio en Bogotá, trabajan contra el tiempo para establecer quién está detrás del ataque que mantiene al político en estado crítico. La pista más reciente apunta a un personaje conocido en el occidente de Bogotá como “el hombre de la olla”, presunto jefe de una estructura local de microtráfico.
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Durante su captura, el menor de 14 años que disparó contra Uribe Turbay fue escuchado diciendo:
“Fue el man de la olla, yo digo quién fue, déjenme darle los números”.
La declaración se produjo mientras era reducido por miembros del esquema de seguridad de la UNP y la Policía Nacional, y ha encendido las alarmas en las autoridades judiciales y de inteligencia.
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Operativos en Villas de Alcalá y barrios cercanos
Desde la madrugada del lunes, equipos del CTI de la Fiscalía y unidades de la Policía Nacional adelantan operativos en el barrio Villas de Alcalá, en la localidad de Engativá, donde residía el menor con una de sus tías. El objetivo de estos procedimientos es ubicar al hombre señalado como presunto autor intelectual del crimen y quien, según fuentes del caso, controlaría una de las principales “ollas” de droga del sector.
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Los investigadores también han identificado dos puntos de expendio ubicados cerca del conjunto residencial del joven, y se están llevando a cabo diligencias puerta a puerta para establecer el nombre del sujeto que domina el tráfico en un parque cercano.
“Hay diligencias puerta a puerta preguntando por el nombre del sujeto que controla el tráfico en uno de los parques de la zona”, reveló un oficial de la Policía a EL TIEMPO.
Dos estructuras de microtráfico bajo la lupa
Según información obtenida por las autoridades, dos estructuras delictivas estarían operando en la zona, específicamente en los barrios Unir y Garcés Navas, aledaños a Villas de Alcalá. Se presume que estos grupos no solo manejan redes de distribución de estupefacientes, sino que también podrían estar implicados en instrumentalización de menores para actividades criminales.
La hipótesis del crimen organizado como autor intelectual del atentado ha ganado fuerza en las últimas horas, especialmente por la rápida ejecución del ataque (que duró apenas 30 segundos) y por el tipo de arma utilizada: una pistola Glock 9 milímetros.
Más de 180 agentes desplegados y seguimiento activo
La investigación avanza con el apoyo de más de 180 agentes especializados, incluidos miembros del CTI, la Dijín y personal de inteligencia militar, que ya se encuentran desplegados en Bogotá y otros municipios. Las autoridades han ofrecido una recompensa de hasta 3.000 millones de pesos por información que permita dar con los responsables materiales e intelectuales del atentado.
Entre tanto, el teléfono celular del menor, considerado una pieza clave, sigue sin ser hallado, y su ubicación es una de las prioridades del operativo. Se espera que, de recuperarse, permita acceder a registros de llamadas, mensajes y contactos que podrían confirmar la implicación de organizaciones criminales.