El país aún digiere los detalles del secuestro de Lyan Hortúa, el niño de 11 años liberado el pasado 21 de mayo tras 18 días de angustia en Jamundí, Valle del Cauca. Lo que parecía un simple caso de extorsión tomó un giro inesperado tras revelarse el oscuro trasfondo del drama familiar: una deuda narco de $37.000 millones ligada al temido clan de Diego Rastrojo de acuerdo con la revista Semana.
PUBLICIDAD
Angie Bonilla, madre de Lyan y protagonista de múltiples apariciones en medios durante el cautiverio, ha sido señalada por autoridades como presunta testaferro de Diego Rastrojo, el exjefe de Los Rastrojos, uno de los grupos criminales más sanguinarios de Colombia. Las autoridades apuntan a que Bonilla habría sido depositaria de propiedades y dineros del capo, lo que la convirtió en objetivo de las disidencias que ejecutaron el secuestro.
El objetivo inicial del plagio no era el niño, sino ella o su actual pareja, un hombre vinculado al negocio de joyas. Al no encontrarlos en casa, los criminales optaron por llevarse a Lyan. El caso generó tal tensión en el Valle del Cauca que hasta otros grupos armados intervinieron para evitar que le pasara algo al menor, temiendo un estallido de violencia.
Más noticias: El oscuro legado del padre biológico de Lyan Hortúa: “El Mochacabezas” que aterrorizó al Valle
Sin embargo, el escándalo creció al destaparse el perfil público de Bonilla en redes sociales, donde aparece como “Barbie Vanessa”, una influenciadora con más de 130.000 seguidores. En Instagram muestra una vida de lujo: un convertible rosado, ropa de diseñador, viajes por Europa y joyas de alto valor. En una publicación, incluso se le ve pintando una camioneta de rosado con decoraciones de Barbie, en lo que parece ser una burla al caos que vive su familia.
Mientras tanto, la historia criminal de José Leonardo Hortúa, alias Mascota o Mochacabezas —padre biológico de Lyan— vuelve a tomar relevancia. Hortúa fue un sanguinario miembro del cartel de Diego Rastrojo, conocido por liderar masacres que incluían decapitaciones públicas para sembrar terror. Capturado en 2010 y asesinado en 2013 en una clínica odontológica, dejó tras de sí una cadena de violencia y bienes sin control legal.
Lea también: En el recibo del agua: Denuncian campaña política con recursos públicos en Pereira
PUBLICIDAD
La vida de Bonilla y su hijo estaría marcada por el legado narco de Mascota. Tras la extradición de Rastrojo, se cree que ella heredó responsabilidades y enemigos. La deuda de 37 mil millones con el clan habría sido el detonante del secuestro que conmocionó a Colombia.
Hoy, la pregunta que muchos se hacen no es solo quién está detrás del secuestro, sino hasta qué punto el lujo, el poder y la muerte siguen entrelazados en las historias más trágicas del país.
