La reconocida cadena colombiana de pollo, Frisby, se enfrenta a una compleja disputa legal en Europa tras descubrir el registro no autorizado de su marca en territorio español. Este hecho, ocurrido el 12 de febrero de 2025 en Bilbao, encendió las alertas de la compañía, que ahora busca recuperar el control de su imagen corporativa fuera del país.
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A pesar de los 20 años transcurridos desde que se registró por primera vez la marca en España, una nueva inscripción utilizando el mismo nombre, logotipo y diseño del icónico pollo fue realizada con un capital inicial de apenas 2.000 euros. Las similitudes visuales y gráficas con la identidad original colombiana levantaron sospechas de un posible acto de mala fe, especialmente por coincidir con la expiración del registro anterior.
Juliana Echeverri, la abogada al frente del caso en la Unión Europea
La responsabilidad de liderar esta batalla legal ha recaído sobre Juliana Echeverri Molina, abogada especializada en propiedad intelectual, quien encabeza la firma My Brand Legal Solutions, con presencia en Pereira y Bogotá. Echeverri, graduada de la Pontificia Universidad Javeriana, completó su formación en Francia con estudios en la Universidad Panthéon-Sorbonne y la Universidad Aix-Marseille III.
Con experiencia previa en firmas como Gómez-Pinzón, Triana Uribe & Michelsen e Inlex IP Expertise en París, además de su paso por la multinacional Nestlé en Colombia y Suiza, Echeverri presentó formalmente un recurso ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) el 12 de mayo. Este paso busca invalidar el registro español si no se demuestra su uso efectivo en un plazo de dos meses.
¿Mala fe o coincidencia? Las dudas detrás del registro español
“El uso de la tipografía, los diseños y otros elementos gráficos que identifican a la marca original” son pruebas clave en el caso, según explicó Cristian Sarmiento, abogado asociado de Cavelier Abogados y experto en propiedad intelectual. El jurista advirtió que dejar pasar esta oportunidad legal podría derivar en un reconocimiento definitivo del registro en España, abriendo la puerta a confusiones entre los consumidores europeos que podrían pensar que se trata de una expansión oficial de Frisby.
El anonimato complica el caso, pero no lo frena
Hasta el momento, se desconoce públicamente quién está detrás del registro español. Aunque en los documentos aparecen los nombres de los abogados Gonzalo Barrenechea Correa y Jacqueline Guillemine Pérez, su comunicación ha sido mínima y solo por correo electrónico, dificultando esclarecer la verdadera identidad del solicitante, quien alega motivos de seguridad.
Frisby Colombia, que desde 1977 ha expandido su operación a más de 60 municipios del país y genera más de 5.600 empleos, enfrenta un desafío que pone en juego no solo sus derechos comerciales, sino también su reputación a nivel internacional.