A través de la leche y el queso, mujeres rurales y personas en proceso de reincorporación están construyendo una nueva historia para el departamento del Caquetá. Una historia que combina sabores únicos con reconciliación, sostenibilidad y empoderamiento comunitario. Este cambio se materializa en la apertura de la Tienda QC Nogal, ubicada en Bogotá, un espacio que más que vender quesos artesanales, ofrece una ventana hacia un modelo de desarrollo justo, sostenible y profundamente humano.
El departamento del Caquetá produce diariamente 2.200.000 litros de leche, consolidándose como una región clave en la cadena láctea nacional. A partir de esta materia prima, surgen productos únicos como el queso con ají amazónico, el queso fruta o el tradicional quesillo con denominación de origen, que no solo preservan técnicas artesanales, sino que llevan consigo el sabor de la tierra y la historia de quienes lo producen.
Pero detrás de cada pieza de queso, hay mucho más que una receta tradicional. Hay rostros, vidas y procesos de transformación social. El 90% de las productoras rurales de queso en el Caquetá son mujeres, muchas de ellas cabezas de hogar, quienes han encontrado en esta actividad una forma digna y estable de sustento. Mujeres que se levantan desde las 4 de la mañana para ordeñar sus vacas, procesar la leche y mantener viva una tradición ancestral que, ahora más que nunca, también representa esperanza.
“La labor de la mujer es fundamental. Muchas lideran las fincas y las pequeñas plantas queseras. Son el pilar de la economía familiar y del desarrollo de sus comunidades”, explica María Emilia Rojas, representante legal de la Red Láctea de Caquetá, una organización que agrupa seis empresas queseras del departamento y que lidera esta nueva tienda en Bogotá.
La Tienda QC Nogal, inaugurada el pasado 25 de abril en la calle 76 con 11, se convierte así en la primera vitrina de quesos artesanales del Caquetá en la capital. Es también un símbolo del esfuerzo conjunto entre pequeños productores, organismos de cooperación internacional y entidades locales, que han apostado por el desarrollo económico como una herramienta real de construcción de paz.
“Que los productos lleguen a Bogotá es un sueño hecho realidad. Durante muchos años hemos querido que el Caquetá sea reconocido por cosas positivas, como nuestros quesos y la biodiversidad de sabores que representan”, agrega Rojas.
Pero no son solo las mujeres quienes protagonizan esta transformación. Muchas de las personas que hoy trabajan en esta cadena productiva vienen de contextos de conflicto. Hombres y mujeres en proceso de reincorporación, antiguos actores del conflicto armado, que ahora producen leche, trabajan en las plantas de transformación o en la comercialización de los quesos.
“Muchos de nuestros productores y empleados antes estuvieron en armas. Hoy, con todas las normas legales, están trabajando, aportando a la sociedad y resarciendo el daño que un día causaron. Esta es una verdadera reintegración productiva y social”, destaca Rojas.
Desde 2013, con la firma del Pacto Caquetá por la Cero Deforestación y Reconciliación Ganadera, se sentaron las bases de una reconversión productiva. Este pacto ha llevado a que hoy más de 320 fincas ganaderas se hayan reconvertido en reservas naturales, protegiendo 16.000 hectáreas de ecosistemas vitales para el país. En paralelo, se han creado sellos como el “queso desminador”, hecho con leche proveniente de zonas certificadas como libres de minas antipersona, mostrando cómo incluso en los detalles más pequeños se construye un nuevo país.
El proyecto Rutas PDET, apoyado por el Fondo Europeo para la Paz de la Unión Europea, Eco Conexión, Red ADELCO y el CIAT, ha sido clave para estructurar esta cadena de valor. No se trata solo de producir más, sino de hacerlo de manera sostenible, justa y con impacto. “Estamos convencidos de que el Caquetá puede triplicar su productividad sin ampliar un solo metro de potrero. Nuestro modelo demuestra que conservar el bosque y producir leche no son metas excluyentes”, señala Rafael Torrijos Rivera, gerente del Comité Departamental de Ganaderos del Caquetá.
Actualmente, la cadena láctea del Caquetá genera 17.000 empleos. La nueva tienda QC Nogal busca ser el puente entre ese esfuerzo rural y el consumidor urbano. Cada compra que se haga allí es un respaldo directo a las familias campesinas, una apuesta por el comercio justo y una forma tangible de aportar al desarrollo de un territorio históricamente olvidado.
