La reciente aprobación de la reforma laboral en la plenaria de la Cámara de Representantes marca un hito importante para los trabajadores de plataformas digitales como Rappi. Este cambio busca regular las condiciones laborales y de seguridad social de los domiciliarios que operan bajo estas aplicaciones, estableciendo un marco que promete mejorar su bienestar.
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Uno de los aspectos centrales de la reforma es el artículo 25, que define las relaciones laborales entre las empresas de distribución digital y sus trabajadores. Según esta normativa, la vinculación puede clasificarse en dos tipos: dependiente y subordinado, o independiente y autónomo. Esta clasificación inicial es crucial, ya que determinará cómo se garantizará la seguridad social para los domiciliarios.
Seguridad social para domiciliarios: dependientes vs. independientes
Los cambios introducidos por la reforma son significativos, especialmente en términos de protección social. Si un domiciliario es clasificado como empleado dependiente, la empresa estará obligada a ofrecerle condiciones de salud y pensión equivalentes a las contribuciones actuales que se exigen por ley.
En contraste, si la relación laboral se considera como independiente, la plataforma asumirá el 60% de la cotización a la seguridad social, mientras que el 40% restante deberá ser cubierto por el trabajador. Esta división en las responsabilidades financieras busca equilibrar la carga entre las plataformas y los domiciliarios, aunque la propuesta ha generado debate.
Evelyn Romero, socia de empleo y compensación de la firma Baker McKenzie, comentó, en La Vanguardia, sobre la naturaleza de esta propuesta: “La propuesta del Gobierno es intermedia. Se va a prestar para reclamaciones. Lo ideal sería que las plataformas digitales tuvieran un contrato especial”. Esta afirmación refleja la necesidad de un marco legal más claro y específico que proteja adecuadamente a los trabajadores de estas plataformas.
La regulación de la seguridad social para los domiciliarios no solo es un avance hacia la formalización del trabajo en plataformas digitales, sino que también representa un reconocimiento de los derechos laborales en un sector que ha crecido exponencialmente. Con la expansión de estas aplicaciones, es esencial que las políticas laborales se adapten para proteger a quienes hacen posible este modelo de negocio.