En un contexto de creciente tensión entre Rusia y Reino Unido, la Marina Real Británica y la Real Fuerza Aérea (RAF) han estado siguiendo de cerca el movimiento de varios buques de guerra y submarinos rusos que han pasado a través del Canal de la Mancha y el Mar del Norte. Estas maniobras han ocurrido mientras la guerra en Ucrania sigue escalando y las amenazas entre Moscú y Occidente aumentan, informó el Daily Mail.
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Vigilancia en alta mar
En los últimos días, los buques HMS Iron Duke y HMS Tyne de la Marina Real han estado monitoreando el paso de cuatro embarcaciones rusas, incluyendo un submarino clase Kilo, por las aguas del Reino Unido. La vigilancia se realizó en colaboración con aliados de la OTAN, demostrando una coordinación internacional para garantizar la seguridad en la región.
El Comando de la Marina informó que estas operaciones forman parte de los esfuerzos de “protección de la seguridad nacional”, una prioridad dada la situación actual. El submarino Novorossiysk, acompañado por el remolcador ruso Evgeny Churov, fue uno de los principales objetivos de seguimiento cuando navegó por el Estrecho de Dover hacia el Atlántico.
A lo largo de estas operaciones, los buques rusos fueron vigilados minuciosamente, utilizando una combinación de tecnologías avanzadas, como helicópteros Wildcat y sistemas de radar. Este tipo de maniobras son legales bajo el derecho internacional, siempre que se respeten las reglas de “paso inocente”, lo que significa que los buques no deben realizar ninguna actividad militar ofensiva mientras cruzan las aguas de otro país.
Respuesta aérea y amenazas rusas
Simultáneamente, dos cazas Typhoon de la RAF fueron desplegados desde la base de Lossiemouth, en Escocia, para interceptar un bombardero estratégico ruso Tupolev Tu-95, que se aproximaba al espacio aéreo británico. Estos aviones, parte del sistema de Alerta de Reacción Rápida del Reino Unido, se mantienen listos todo el año para responder a cualquier posible incursión.
Este incremento en la actividad militar rusa ocurre en un contexto de fuertes tensiones diplomáticas. En las últimas semanas, Dmitry Medvedev, ex presidente ruso y alto funcionario del Kremlin, lanzó una amenaza directa al Reino Unido a través de redes sociales, sugiriendo que “la isla llamada Gran Bretaña podría hundirse en los próximos años”, refiriéndose al posible uso de misiles hipersónicos. Estas declaraciones han generado preocupación en la comunidad internacional, ya que se suman a una serie de advertencias previas emitidas por Moscú, en las que se mencionaba el uso de armamento nuclear.
Respuesta del Reino Unido y la OTAN
En respuesta a estas acciones, John Healey, secretario de Defensa del Reino Unido, agradeció a las fuerzas armadas por su compromiso inquebrantable con la protección del país. “Este gobierno está comprometido a garantizar la seguridad en casa y a proyectar fuerza en el extranjero”, declaró en un comunicado oficial.
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Las fuerzas británicas, en conjunto con sus aliados de la OTAN, han demostrado su capacidad para monitorear y responder a cualquier actividad que pueda amenazar la seguridad en la región. Estas operaciones recientes han resaltado la importancia de la colaboración internacional para mantener la estabilidad en un contexto de tensiones crecientes.
Rusia, por su parte, también ha realizado ejercicios militares de gran escala, los más grandes desde la Guerra Fría, en diferentes partes del mundo, incluidos simulacros de lanzamiento de misiles en el Mar de Barents y maniobras navales en el Mar Caspio. Estas actividades han sido vistas por los analistas como una demostración de fuerza por parte de Moscú en un momento clave de la guerra en Ucrania y la creciente confrontación con Occidente.
El seguimiento continuo de los movimientos militares rusos en el Atlántico y el Mar del Norte, así como los ejercicios militares en otras regiones, reflejan una situación volátil que sigue evolucionando. Mientras tanto, las fuerzas de la OTAN permanecen en alerta, preparadas para actuar ante cualquier amenaza que pueda surgir en este entorno de alta tensión geopolítica.