Illia Yefimchyk, más conocido como “El Mutante” o “El Golem”, fue un famoso culturista de origen bielorruso que impactó al mundo del fitness con su asombroso físico y estilo de vida extremo, detalló el Daily Star. Con una altura de 1.85 metros y un peso de 154 kilos, Illia construyó su cuerpo a través de una dedicación férrea y una dieta fuera de lo común. Consistía en siete comidas diarias que alcanzaban las 16,500 calorías, incluyendo 108 piezas de sushi y 2,5 kilogramos de carne al día.
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A pesar de no participar en competencias profesionales, su impacto se extendió a través de las redes sociales, donde acumuló más de 300,000 seguidores en Instagram. Su enorme popularidad provenía tanto de sus impresionantes levantamientos —prensas de banca de 272 kilos y sentadillas de hasta 318 kilos— como de su motivador mensaje de disciplina y superación.
Un trágico final que sacude al mundo del fisicoculturismo
El 6 de septiembre, la vida de Yefimchyk tomó un giro fatal cuando sufrió un infarto en su hogar. Su esposa, Anna, intentó desesperadamente revivirlo aplicando compresiones en el pecho mientras llegaba la ambulancia. Aunque fue trasladado en helicóptero a un hospital, no logró recuperarse, y su muerte fue confirmada el 11 de septiembre.
En declaraciones a los medios, Anna expresó su dolor y agradecimiento por el apoyo recibido: “Oré todo este tiempo esperando que Illia se recuperara. Agradezco a todos por sus condolencias; es reconfortante saber que no estoy sola”, citó el Star.
La noticia de su fallecimiento reavivó la preocupación sobre los riesgos para la salud en el mundo del fisicoculturismo, donde cada vez más jóvenes atletas pierden la vida prematuramente. Illia se une a una lista creciente de culturistas que han muerto a edades tempranas, entre ellos el brasileño Antonio Souza, de 26 años, y el británico Neil Currey, de 34.
Un ejemplo de superación y sacrificio
Illia no siempre fue la “bestia” que sus seguidores conocieron. En su adolescencia, pesaba apenas 70 kilos y ni siquiera podía hacer una flexión de brazos. Sin embargo, encontró inspiración en íconos como Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone, lo que lo llevó a transformar su cuerpo y su vida. Su evolución fue fruto de años de esfuerzo, conocimiento en fisiología del ejercicio y nutrición.
En vida, compartió con su comunidad virtual su objetivo de llegar a pesar 172 kilos. Aunque no lo consiguió debido a su prematuro fallecimiento, su legado perdura en aquellos que vieron en él un modelo de dedicación y sacrificio.
El culturismo es, sin duda, un deporte de extremos, donde el éxito puede traer tanto gloria como desafíos para la salud. Illia Yefimchyk será recordado no solo por su imponente físico, sino por su inquebrantable voluntad de superar los límites del cuerpo humano.