En el distrito de Bahraich, en el estado de Uttar Pradesh, India, los habitantes enfrentan una creciente amenaza que se suma a las dificultades causadas por las recientes inundaciones: ataques de lobos que ya han matado al menos 10 niños este año, informa la BBC.
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La situación ha generado pánico en más de 30 aldeas, donde los lobos, aparentemente habituados a la carne humana, se han convertido en una pesadilla para las familias que ahora viven con miedo.
Devoradores de niños y el último ataque
La prensa local ha bautizado a estas jaurías de lobos como “devoradores de niños”, pues sus ataques se han concentrado en menores de edad y gente anciana.
El jueves se efectuó el último ataque. Un lobo se abalanzó sobre un niño de 10 años que jugaba en el patio de su casa. El menor de edad sobrevivió, pero terminó con graves heridas en el rostro, reporta el diario India Today.
“Un niño de 10 años sufrió heridas graves en un nuevo ataque de lobo el jueves por la noche en Bahraich, Uttar Pradesh, donde se han producido una serie de ataques similares en los últimos días”, informó el portal indio.
Nadie en las calles
En medio de una sensación de pánico, las autoridades dispusieron refugios en varias aldeas, principalmente para la gente sin casa, que pernoctan en las calles.
“El distrito ha establecido refugios nocturnos en las aldeas para proteger a las personas sin hogar de los ataques de lobos, tras las recientes muertes y heridos en la zona”, dio cuenta el Hindustan Times.
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Los principales colegios han sido habilitados para que la gente no duerma en las calles, ante la serie de ataques de los llamados “devoradores de niños”.
Amenazas nocturnas
Desde marzo de este año, los ataques de lobos en Bahraich han sido reportados con una frecuencia alarmante. A pesar de una breve pausa en los meses de verano, los ataques se intensificaron en julio, llevando a la muerte de niños pequeños y dejando a decenas de personas heridas.
Los lobos aprovechan la oscuridad de la noche para infiltrarse en las aldeas y secuestrar a los niños mientras duermen, una táctica que ha aterrorizado a las comunidades.
El caso más reciente ocurrió en agosto, cuando Sandhya, una niña de 4 años, fue atacada mientras dormía fuera de la cabaña de barro de su familia.
Un apagón dejó a la aldea en penumbras, y fue en ese momento cuando los lobos atacaron, llevándose a la pequeña sin que su familia pudiera intervenir a tiempo. Su cuerpo fue encontrado al día siguiente en un campo de caña de azúcar, a medio kilómetro de su hogar.
Según Ajeet Singh, oficial forestal del distrito, “los lobos parecen haber desarrollado un gusto por la carne humana”, lo que ha puesto a la población en alerta máxima. Las autoridades han redoblado esfuerzos para contener la amenaza, pero la situación sigue siendo crítica.
¿Por qué crecen los ataques?
Especialistas atribuyen este aumento de ataques a varios factores, siendo el principal la pérdida de hábitat natural de los lobos debido a los efectos del cambio climático.
La deforestación y el avance de la infraestructura humana han reducido las áreas de caza disponibles para estos animales, lo que los obliga a acercarse más a las aldeas en busca de alimento.
Además, la proximidad de Bahraich al río Ghaghara, que se desborda regularmente durante las lluvias del monzón, facilita el desplazamiento de los lobos hacia zonas habitadas.
El cañaveral que rodea la región proporciona a los lobos un escondite perfecto, lo que les permite atacar sin ser detectados.
La infraestructura precaria de las aldeas, con viviendas de barro y techos de paja, deja a los habitantes, especialmente a los niños, expuestos y vulnerables a estos ataques.