El régimen de Corea del Norte, bajo el liderazgo del dictador comunista Kim Jong-un, ha implementado nuevas y estrictas regulaciones sobre la apariencia personal de sus ciudadanos, reforzando su control sobre la vida cotidiana, una de las principales características del régimen opresor que gobierna Corea del Norte, señalado como la nación más cerrada del mundo, aseguró el diario británico Daily Star.
PUBLICIDAD
Entre las últimas medidas, se encuentra la prohibición de ciertos peinados, que en el resto del planeta son considerado comunes y muy sencillos. Entre los look prohibidos se encuentra la tradicional “cola de caballo”, un peinado casi natural de hombres y mujeres que usan el cabello largo.
La dictadura de Kim también dictó nuevas restricciones en el uso de la ropa, donde se prohibió las tenidas con mangas semitransparentes.
Para justificar estas nuevas limitaciones a la población norcoreana, señalada como una de las más pobre de la zona, el régimen aseguró que estas prácticas “oscurecen la imagen de un sistema socialista”.
Otras limitaciones
Las nuevas regulaciones no se limitan a la apariencia física; también incluyen la prohibición de prendas como jeans, camisas ajustadas y cualquier vestimenta que se considere “no adecuada” para la sociedad norcoreana. Los infractores de estas normas pueden enfrentar severas penas, que van desde el rapado obligatorio hasta seis meses de prisión.
La medida busca erradicar cualquier influencia externa, especialmente la proveniente de Corea del Sur, país del que Kim Jong Un considera enemigos ideológicos.
Guerra contra el K-pop
Todas estás restricciones que refuerzas el control dictatorial del régimen, apuntan a un solo sentido: erradicar cualquier influencia de la revolución cultural que ha desatado el K-pop, cuya cuna es Corea del Sur, en enemigo archijurado de Kim Jong-un.
PUBLICIDAD
No hay que olvidar que en la península coreana conviven dos naciones, una sumida en la pobreza y en una dictadura medieval con una potencia tecnológica y también cultural.
Esta influencia es la que pretende frenar Kim, ante el enorme contrabando de películas, series, revistas y música de Corea del Sur.
Hay que recordar que el acceso a internet está restringido solo a la elite política, en el “reino” comunista, pero la enorme frontera que comparte con la otra Corea, hace inevitable que su influencia llegue a los terrenos de Kim Jong-un.
Los policías de la moral
Para hacer cumplir las dictatoriales medidas de Kim, el régimen ha establecido a grupos de personas que tienen por misión supervisar el cumplimiento de las normas y erradicar otras costumbres “impuras” que puedan desviar a la población de la ideología socialista.
Actividades tan cotidianas como celebrar cumpleaños al estilo occidental también han sido reprimidas, al considerarse una influencia perjudicial para la “pureza” del sistema.
Todos menos la familia de Kim
Tal como suele ser la costumbre de los dictadores, sus restricciones son para toda la población, salvo su familia, pues su hija, Ju-ae, ha sido vista en varias ocasiones usando prendas con mangas semitransparentes, lo que ha generado comentarios y críticas entre los norcoreanos.
Otro aspecto que el régimen prohibe es que la población copie los estilos de vestimenta de Kim Jong-un. Dado que el dictador ostenta rasgos de deidad, la gente común no puede lucir simulara él. Por ejemplo, Kim, suele utilizar abrigos de cuero en invierno, algo que está prohibido para el resto de la gente, pues imitar el estilo del líder es visto como un “desafío a la autoridad” y una tendencia impura que debe ser erradicada.