El capítulo étnico del acuerdo de paz con las FARC en Colombia ha sido crucial para la inclusión de los pueblos afrodescendientes en el proceso de paz. Este capítulo no solo reconoce y protege los derechos de las comunidades étnicas, sino que asegura su participación activa en todos los niveles del proceso de paz. En el contexto de los diálogos con el ELN, el capítulo étnico también juega un papel importante.
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En el episodio del pódcast, María Andrea Parra conversa con Laura Rojas y Vanessa Cortés, activistas afrodescendientes, sobre los avances y desafíos del capítulo étnico. Laura Rojas lo describe como una “constitución negra de Colombia”, señalando que su inclusión en los acuerdos de paz fue el resultado de una larga lucha por parte de la población negra organizada. Este capítulo representa un avance significativo respecto a la Constitución de 1991, ofreciendo mayores derechos y reconociendo las guardias y marronas como una forma válida de gobernanza. Sin embargo, Rojas también menciona que aún queda mucho por hacer en términos de implementación y reparación.
Vanessa Cortés resalta la importancia del capítulo étnico para la reparación histórica de las comunidades afrocolombianas. La Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas (CNOA), que agrupa a más de 300 organizaciones, ha sido fundamental en la integración de las mesas de negociación y en el seguimiento de la implementación del acuerdo. Sin embargo, Cortés señala que a pesar de los avances, la implementación ha sido lenta y ha enfrentado vacíos significativos.
“Encontramos, desafortunadamente, que falta muchísimo en términos de la implementación y la inversión para lograr lo que se plantea en el capítulo étnico y se sitúan también unos vacíos bien importantes para seguir desarrollando. Lograr una reparación en términos de todo lo que ha implicado el conflicto armado a lo largo y ancho del territorio nacional para las comunidades afrodescendientes, raizales y palenqueras, para los niños y niñas, para las mujeres, para los hombres. Creo que merece un esfuerzo nacional, inclusive internacional. En ese sentido, seguimos intentando tener esa reparación. Falta muchísimo. Creo que a partir de los procesos sociales se hace mucho, pero no es una obligación netamente de los procesos sociales, sino que necesitamos de la institucionalidad realmente con mecanismos y garantías para la implementación del acuerdo”, dijo Cortés.
Uno de los logros importantes mencionados es la salvaguarda de los derechos culturales, como la objeción cultural al servicio militar obligatorio para los jóvenes afrodescendientes, que ha sido una conquista significativa. Este logro, según Laura Rojas, significa que los jóvenes negros ya no están obligados a prestar el servicio militar, evitando así que se sumen a la guerra. Este cambio es visto como una importante victoria para la comunidad negra, que históricamente ha sido desproporcionadamente representada en las fuerzas militares.
“Logramos obtener que hoy nuestros jóvenes negros no tengan que prestar el servicio militar obligatorio. Y eso es algo para nosotros una conquista muy grande, porque significa que no le estamos colocando ni hijos a la guerra, ni le estamos colocando hermanos a la guerra, ni nos estamos quedando dentro de nuestras familias, teniendo que luchar una guerra que además no es nuestra”, dijo Laura Rojas.
Además, el capítulo étnico ha permitido la participación política de las mujeres negras en diversos espacios de decisión. Rojas y Cortés coinciden en que la inclusión de la palabra “étnico” en los acuerdos de paz ha llevado a un reconocimiento de la diversidad cultural y a una mayor visibilidad de las comunidades afrodescendientes.
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En términos de logros específicos, Cortés menciona la apertura de espacios para el seguimiento y la reflexión sobre la implementación del acuerdo, así como el reconocimiento del impacto del conflicto armado en las comunidades afrocolombianas. El capítulo étnico también ha facilitado la publicación de informes y la visibilidad de los desafíos y vacíos en la implementación del acuerdo.
“Ese reconocimiento es muy importante porque permite de alguna manera tener un inventario de lo que le ha costado a los pueblos étnicos ser ciudadanos de Colombia, que además citar que hacen parte de este territorio, citar también que se reconozca su apuesta también en este ejercicio, los costos políticos, económicos, psicológicos, frente al ejercicio, frente a la guerra”, dijo Cortés.
A pesar de estos avances, tanto Rojas como Cortés coinciden en que persisten grandes desafíos. La falta de datos estadísticos sobre la población afrodescendiente y la implementación efectiva de políticas públicas son barreras significativas. La ausencia de una visibilidad completa de la población negra en términos de educación, empleo y representación política sigue siendo un obstáculo para el progreso completo del acuerdo de paz.
En resumen, el capítulo étnico del acuerdo de paz con las FARC ha traído importantes avances para la inclusión y reparación de las comunidades afrodescendientes en Colombia. Sin embargo, la implementación efectiva de estos acuerdos sigue enfrentando retos significativos, y es necesario un esfuerzo continuo tanto a nivel nacional como internacional para asegurar que los derechos y las necesidades de estas comunidades sean plenamente atendidos. La participación activa de las organizaciones afrodescendientes y la visibilidad de sus luchas siguen siendo cruciales para avanzar hacia una paz duradera y justa.