Habían pasado más de 50 años de un brutal crimen. Una mujer había sido violada y asesinada. Era uno de muchos casos sin resolver, pero esta vez la justicia llegó. Las autoridades de California arrestaron a Michael Eugene Mullen, un hombre de 75 años, en conexión con el brutal asesinato de Nina “Nadine” Fischer, una ciudadana sueca, ocurrido en 1973, publicó el USA Today.
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Este caso había permanecido sin resolver durante más de cinco décadas, pero nuevas pruebas de ADN llevaron a las autoridades a realizar un arresto, trayendo esperanza de cierre para la familia de la víctima.
Un brutal crimen
El 13 de noviembre de 1973, el cuerpo sin vida de Fischer fue descubierto por su esposo, Gunnar, en su hogar en San Rafael, California, Estados Unidos.
La víctima fue encontrada desnuda, con múltiples heridas de bala, las manos atadas y la boca amordazada. En un detalle escalofriante, su hijo de dos años se encontraba en la casa durante el asesinato, pero resultó ileso.
En aquel momento, el crimen dejó a la comunidad consternada y, a pesar de una investigación exhaustiva, que incluyó interrogatorios a varios sospechosos, el caso se enfrió rápidamente. Con el paso del tiempo, las pistas se desvanecieron y el asesino permaneció en libertad.
La ciencia forense desata el giro
En 2021, casi cinco décadas después del brutal crimen, el caso fue reabierto gracias a los avances en la tecnología del ADN.
El equipo de investigaciones de la Oficina del Sheriff del Condado de Marin remitió las pruebas al Programa de Búsqueda Familiar del Departamento de Justicia de California. En cuestión de meses, se identificó un nuevo sospechoso: Michael Eugene Mullen, quien en la época del asesinato vivía en Sonoma, a unos 40 kilómetros de San Rafael.
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La investigación que siguió a esta nueva pista duró tres años, culminando en el arresto de Mullen el 14 de agosto de 2024. El sospechoso fue detenido en Idaho y será extraditado a California para enfrentar los cargos por el asesinato de .
Camino a la justicia tras 50 años
La Oficina del Sheriff del Condado de Marin agradeció a las múltiples agencias que colaboraron en la investigación, incluyendo la Policía Estatal de Idaho, la Oficina del Sheriff del Condado de Lemhi, la Oficina del Fiscal del Condado de Marin, el Departamento de Justicia de California y el FBI.
La perseverancia y la dedicación de estos organismos permitieron finalmente arrojar luz sobre un crimen que durante mucho tiempo parecía condenado al olvido.
Aunque Fischer y Mullen no parecen haberse conocido antes del asesinato, las pruebas de ADN han sido fundamentales para resolver este caso y brindar un sentido de cierre a los familiares y a la comunidad.
Por otro lado, la ciencia forense sigue demostrando su valor incalculable en la resolución de crímenes que, de otro modo, quedarían sin respuesta.
