Los Pueblos Afrodescendientes son fundamentales en la historia y el desarrollo de América Latina y el Caribe. Representan el 21 % de la población de la región, con más de 154 millones de personas. A pesar de los avances legislativos, enfrentan desigualdades sociales y económicas significativas.
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En 16 países, se han identificado territorios afrodescendientes que abarcan más de 9.4 millones de hectáreas tituladas colectivamente. Estos territorios, ricos en biodiversidad, son cruciales para la conservación y la lucha contra el cambio climático.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha ratificado los derechos de estas comunidades, como las Saamaka en Surinam y las garífunas en Honduras. Las territorialidades afrodescendientes incluyen maritorios y acuatorios, donde se encuentran ecosistemas vitales como manglares y arrecifes de coral, conservados gracias a los conocimientos tradicionales de estos pueblos.
Reconocer y proteger los derechos de los Pueblos Afrodescendientes es esencial para un desarrollo sostenible en la región. Es por ello que en medio del evento internacional denominado “Asegurar los derechos de tenencia de la tierra y el territorio de los Pueblos Afrodescendientes en América Latina y el Caribe: Un camino efectivo hacia la conservación y la acción contra el cambio climático”, realizado en Bogotá los días 11 al 14 de junio de 2024 y que congregó a diferentes países de Latinoamérica, los delegados de cada país sugirieron algunas recomendaciones para vincular de manera satisfactoria a los pueblos afrodescendientes en las agendas sobre el cambio climático.
- Incluir el término Afrodescendientes en la Convención sobre Diversidad Biológica (CDB) y otros instrumentos internacionales.
- Participación plena de afrodescendientes en el nuevo programa de trabajo del grupo 8J, incorporando un elemento específico para sus temas.
- Formar un CAUCUS afrodescendiente dentro de la CDB.
- Cumplir con la Declaración y el Programa de Acción de Durban para combatir el racismo y la intolerancia.
- Crear mecanismos flexibles de financiamiento directo para afrodescendientes en sus territorios.
- Reparaciones históricas por la trata transatlántica y la esclavización, con medidas de justicia ambiental y racial.
- Sostenibilidad económica para mujeres afrodescendientes con financiamiento directo para tierra, empoderamiento y reducción de violencia.
- Territorios libres de violencia y contaminación para niños y jóvenes afrodescendientes, garantizando acceso a educación y salud.
- Construir mecanismos eficientes para implementar los derechos colectivos e individuales de afrodescendientes.
- Mecanismos de protección y ordenamiento territorial para conservación y adaptación al cambio climático, basados en la cosmovisión afrodescendiente.
- Reconocer territorios ancestrales afrodescendientes como mecanismos de conservación y adaptación climática, garantizando su acceso y titulación.
- Protección y acceso a la justicia para defensores y líderes afrodescendientes en planes de acción de biodiversidad y cambio climático.
- Derecho de las mujeres afrodescendientes a la tierra y sostenibilidad económica, con financiamiento directo para reducir la violencia.
- Equidad en servicios de salud para afrodescendientes, fortaleciendo sistemas de salud y preservando conocimientos tradicionales.
- Evaluaciones nacionales sobre la implementación del Decenio Internacional de Personas Afrodescendientes de la ONU.
- Incluir estas recomendaciones en los proyectos de declaración sobre derechos de afrodescendientes en la ONU y el sistema Interamericano, promoviendo la participación y consulta previa.
“Es esencial un compromiso global para asegurar a las comunidades afrodescendientes el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible, con medidas para prevenir y mitigar los efectos depredadores de las actividades extractivas, proyectos de infraestructura y de energía renovable en los territorios de los pueblos afrodescendientes”, se lee en el comunicado oficial emitido por las organizaciones partícipes del evento.
