Cuando hablamos de la inteligencia artificial, es común que se relacione este término a películas de ciencia ficción con un futuro distópico como Terminator o Matrix. Esto se atribuye a que a pesar de ser una palabra cada vez más debatida en la sociedad, no se ahonda en sus otras prácticas. Por eso hoy les vamos a contar uno de los aspectos no tan conocidos de la IA y cómo llevarlo a cabo puede ayudar a la conservación del medio ambiente.
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La Inteligencia artificial
La IA es una revolución tecnológica que se encuentra en constante desarrollo y que ha logrado incidir en muchos de los sectores gracias a la amplia gama de beneficios con los que cuenta, entre ellos la facilidad de almacenar datos para luego analizarlos y finalmente generar propuestas viables que se pueden llevar a cabo. Entre las estrategias en las que se ha demostrado la aplicación de la IA se encuentra el monitoreo de animales en vía de extinción, el seguimiento a las zonas de conservación y la prevención de catástrofes naturales.
Beneficios de la IA en el medio ambiente
La IA puede ayudar a las personas a entender de mejor manera la complejidad ecológica de los ecosistemas. Debido a que para muchas personas cuando se habla de sostenibilidad se les hace difícil entender cómo un hecho que ocurre en el otro extremo del mundo puede llegar a tener afectaciones en su día a día.
Un ejemplo que logra dimensionar la importancia de conocer las implicaciones de hechos aparentemente aislados y la necesidad de hacer un seguimiento a detalle con herramientas como la IA es lo que viene desarrollando Rainforest Connection. Con la implementación de cámaras de monitoreo manejadas por una IA que gracias a la recolección de datos e imágenes es capaz de avisar en tiempo real a los guardias de los bosques sobre actividades de tala ilegal.
Con estas estrategias, Rainforest Connection busca que la tala ilegal de árboles se reduzca en al menos un 20% para el 2026.
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Los retos que enfrenta la IA para ayudar al medio ambiente
A pesar de que se ha demostrado que la IA puede ser la pieza faltante en el rompecabezas para llegar a ser más sostenibles. Esta clase de iniciativas enfrenta varios obstáculos para ser globalizada. Entre ellas están los altos costos que representan poder crear los algoritmos necesarios para que la inteligencia artificial identifique de manera adecuada y precisa los datos para tener un seguimiento claro en casos como el derretimiento de icebergs o los cambios climáticos.
Otra de las dificultades que han impedido el uso de la IA para cuidar el medio ambiente son la limitación de datos, pues para nadie es un secreto que cada vez es más difícil garantizar la fiabilidad de los datos que se encuentran en la red y de la cual se nutre la IA para generar estrategias sostenibles.
La IA no es una solución definitiva
Es innegable que la inteligencia artificial es una oportunidad de mejora para la conservación del medio ambiente. Gracias a su capacidad de analizar grandes cantidades de datos con gran rapidez y su facilidad para poner en contexto a las personas sobre lo que se puede hacer para cuidar los ecosistemas y la importancia de los mismos.
Pero no se debe dejar a una tecnología en desarrollo como la única alternativa para ser más sostenibles, pues al final del día son las personas, las empresas y los gobiernos los que deben tomar cartas en el asunto sobre el cuidado del medio ambiente.