Los plásticos se han convertido en un recurso presente en nuestras vidas, desde los envases con bebidas que compramos para calmar la sed, pasando por los electrodomésticos que satisfacen nuestras necesidades y finalizando en la ropa que vestimos. Hemos visto como este producto ha logrado hacerse un lugar en nuestras vidas y a pesar de que somos conscientes del impacto que su consumo tiene para los ecosistemas tanto las empresas y las personas no han logrado generar acciones concisas para poder reutilizar estos envases.
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El rol de las empresas y las personas en la generación de residuos
A pesar de que las personas continúan consumiendo grandes cantidades de plástico y que esto incrementa la contaminación, las empresas que hacen estos productos no han logrado crear un sistema de producción sostenible que logre cambiar un panorama donde las personas desechan los plásticos tan pronto estos cumplen con su uso.
Es por esto que nace una estrategia que busca fomentar un modelo más óptimo en el manejo de residuos, en el que la empresa comprenda la importancia de incluir en sus modelos de producción con una finalidad para los plásticos luego de cumplir su labor para las personas.
La economía circular del plástico
El pilar de la economía circular del plástico consiste en un proceso que busca reintegrar, reutilizar y mejorar los procesos que elaboran este producto, de modo que los desechos plásticos logren tener un segundo uso pensado desde su creación.
En ese sentido, hay empresas buscan implementar un modelo en que los desechos se conviertan en insumos para la creación de otros productos. Un ejemplo es el plástico reciclado y biocombustibles como el aceite pirolítico, el cuál es un combustible que se obtiene mediante procesos químicos que degradan el plástico hasta convertirlo en una fuente de energía sostenible.
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Este enfoque se basa en el sistema natural que rige a la tierra, en el que ninguno de los recursos generados por el planeta se convierte en desperdicios, ya que todo se reutiliza.
Las dificultades y barreras para que enfrentan las empresas para reutilizar el plástico
La preocupación de la eficacia y viabilidad de qué los plásticos reciclados puedan cumplir con las mismas garantías que el plástico convencional ha sido el mayor impedimento para que las empresas se decidan en realizar sus envases 100% reciclados. Esto es debido a que los plásticos reciclados actuales muestran deficiencias en su durabilidad lo que lleva a las personas a seguir consumiendo los envases convencionales.
Otro de los impedimentos que retrasa el tratamiento de residuos plásticos son los procesos de producción en la reutilización de los desechos. Esto debido a que implementar la maquinaria necesaria para darle el tratamiento adecuado a insumos que ya fueron expuestos a unos químicos inicialmente, genera un reto en términos infraestructurales para las empresas.
La última barrera significativa que debe superar el sector empresarial para poder garantizar la reutilización de los residuos plásticos es su obtención, esto se debe a que en los plásticos existe una categorización que da menos valor a los envases no reutilizados y que se denominan comúnmente como “plásticos huérfanos”. Estos son residuos de un único uso que desencadena en que los recicladores se abstengan en recolectar esta clase de plásticos debido a que se requiere un mayor esfuerzo para su recolección pero su retribución no lo justifica. Estos plásticos huérfanos son los que se observan con frecuencia en las costas de los países con crisis de residuos.
Estamos a tiempo de generar un cambio radical en el manejo de residuos plásticos
Luego de observar el panorama completo de lo que se está haciendo para reutilizar los plásticos y entender los retos a los que se enfrentan las empresas para lograr adoptar una gestión adecuada de los residuos, queda aún mucho trabajo por hacer. Para lograr implementar soluciones viables en vísperas de generar procesos sostenibles y que intervengan de manera positiva en el ciclo de vida del plástico se necesita la intervención de todos los factores, tanto el sector privado, pasando por los gobiernos y finalizando en los consumidores.
Es por esto que resulta fundamental generar acciones colectivas. Un solo ejemplo es exigir a las empresas que no se entreguen bolsas en los puntos de pago de los alimentos aún si tienen un costo, pues este valor no compensa el costo ambiental que ese producto genera para la tierra y de continuar con la venta de bolsas, que se aseguren de poder tratarlas luego de su uso, con acciones como estas se logra que las empresas adquieran una responsabilidad y frenen la contaminación plástica.
