Hace un año, en las profundidades de la selva, ocurrió un accidente que cambiaría para siempre la vida de los hermanos Mucutuy. La avioneta en la que viajaban, una Cessna, se estrelló en el municipio de Solano, en Caquetá, dejando como único vestigio de la tragedia a los cuatro niños luchando por sobrevivir en un entorno hostil y desconocido.
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La aeronave experimentó una serie de problemas técnicos el 1 de mayo de 2023, lo que llevó al piloto a realizar un aterrizaje de emergencia. Sin embargo, el intento resultó en un desastre, con la avioneta estrellándose contra los árboles y cayendo verticalmente al suelo. Tres personas perdieron la vida en el accidente: Magdalena Mucutuy, la madre de los niños, el piloto Hernando Murcia y el líder indígena Herman Mendoza.
La niña mayor, de 14 años, emergió como una figura heroica en medio del caos. Después de recuperar la conciencia, se encontró herida y sangrando profusamente. Utilizando prendas de ropa y suministros de primeros auxilios de la aeronave, improvisó un vendaje para detener el sangrado y protegerse de los insectos.
Con valentía, la joven ayudó a sus hermanos a salir de los restos de la avioneta y comenzaron una odisea por la selva. Durante dos días, se alimentaron de frutas y agua que encontraron en los restos del accidente. Luego, guiados por el conocimiento que su madre les había inculcado sobre las plantas comestibles de la selva, se aventuraron en busca de alimentos y agua.
La niña, con experiencia previa en la selva, lideró a sus hermanos durante 20 días hacia el río Apaporis en busca de ayuda. A pesar de sus propias heridas, se arrastró de rodillas y con el apoyo de su cadera lesionada. Incluso después de poder caminar, enfrentó el terreno descalza, con el único resguardo de sus calcetines.
La determinación y el coraje de los hermanos Mucutuy fueron cruciales para su supervivencia en condiciones extremas. A medida que se conmemora el aniversario de este trágico accidente, sus experiencias sirven como testimonio de la fuerza del espíritu humano ante la adversidad.
La Aeronáutica Civil, encargada de investigar el accidente, ha revelado detalles impactantes sobre la valentía y la tenacidad de estos jóvenes en su lucha por la supervivencia en medio de la selva. La historia de los hermanos Mucutuy es un recordatorio conmovedor de la resistencia y la esperanza en los momentos más oscuros.
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Durante su angustiosa odisea en la selva, los hermanos Mucutuy tuvieron encuentros con sonidos y señales que podrían haber sido su salvación, pero que por temor a depredadores, optaron por mantenerse alejados. Entre estos sonidos, se incluían voces que parecían ser del personal del Ejército y de comunidades indígenas que los buscaban, pero su densa ubicación en el follaje no les permitía confirmarlo visualmente ni responder.
Qué pasó con Wilson
Respecto al perro Wilson, mencionado en el relato, la superviviente entrevistada señaló que, aunque sabían de su presencia en la zona de búsqueda, no tuvieron contacto con él ni con ningún otro canino durante su travesía. Esta falta de interacción con los perros del Ejército, como Wilson, es un aspecto notable, considerando la esperanza que muchas veces se deposita en los animales de búsqueda y rescate en situaciones como esta.
A medida que avanzaban los días, los hermanos Mucutuy se encontraron con diversos animales salvajes, desde tapires hasta serpientes y una tortuga de gran tamaño. Estos encuentros, aunque potencialmente peligrosos, formaron parte de su experiencia en la selva mientras luchaban por sobrevivir.
La esperanza de ser encontrados se renovó cuando, al día 30 de su desaparición, los niños descubrieron un volante arrojado por el personal de búsqueda, que les instaba a permanecer en un solo lugar. Siguiendo estas indicaciones, esperaron pacientemente hasta que finalmente fueron avistados por unos indígenas nueve días después, marcando el inicio de su rescate y el fin de su épica lucha por la supervivencia.
El coronel Miguel Ángel Camacho, director técnico de investigación de la Aerocivil, compartió la emotiva noticia del hallazgo el 9 de junio, describiéndolo como un “milagro” que llenó de alegría a todos los colombianos. La historia de los hermanos Mucutuy es un testimonio de coraje, determinación y esperanza en medio de la adversidad, y su rescate es un recordatorio conmovedor del poder de la resistencia humana frente a la naturaleza implacable.
