Un frívolo caso conmocionó a Chile en la última semana. En la comuna Ñuñoa, el pasado lunes se encontró el cuerpo de una mujer de 60 años. Según los registros, el cuerpo tendría signos de más de 10 meses de fallecido. Las primeras versiones aseguraron que el cuerpo correspondía a una señora de 60 años que hacía parte de una comunidad religiosa de laicas que usaban hábitos azules.
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Tras una ardua investigación, el Subprefecto de la PDI, Juan Fonseca, reveló que el cuerpo estuvo oculto durante un año porque una mujer identificada como Lorena Ramírez Becerra, de 80 años de edad hizo un pacto de amistad con la víctima y ocultó el cadáver durante todo este tiempo.
“Aquí hay un pacto entre religiosas que viven en el lugar (...) esta persona realiza un pacto con esta persona que fallece hace un año atrás y la mantiene por el cariño que le tenía. Ellas mantenían una amistad y manifiesta que le tenía mucho cariño y que habían hecho un compromiso de que ninguna de ellas se iba a denunciar si es que fallecían”, contaron las autoridades.
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En esa misma línea, desde la entidad oficial revelaron también que que Erika Fernández y Lorenza Ramírez se conocieron en una parroquia del sector, en la cual ambas prestaban servicios y forjaron una fuerte amistad que les llevó a realizar el controversial pacto.
Al analizar el cuerpo, también se logró establecer que Erika Fernández falleció al interior de su domicilio ubicado en calle Suárez Mujica, también ubicado en la comuna de Ñuñoa, a un kilómetro de donde vivía Lorenza Ramírez, quien trasladó el cadáver hasta su propio hogar en la calle Los Jardínes.