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Salvatore Mancuso tiene los días contados para entregar pruebas ante la JEP

Este martes fue la última audiencia pública del exjefe paramilitar.

Salvatore Mancuso, exjefe paramilitar, detenido en Estados Unidos
Salvatore Mancuso Foto: EFE y Comisión de la Verdad

Llegó a su fin el cuarto día de audiencia en la que Salvatore Mancuso, exjefe paramilitar, tenía que aportar a la verdad ante la JEP para poder ser admitido por esta justicia transicional. En las declaraciones virtuales que hizo desde la cárcel en Estados Unidos, el excomandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) tenía que contar al país detalles antes no conocidos sobre el conflicto armado.

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En estos días, Mancuso habló sobre la relación de las AUC con las autoridades políticas, militares, judiciales y policiales, así como de los crímenes cometidos por ese grupo y mencionó varios nombres de personas reconocidas en el país que provocaron un fuerte escándalo mediático.

Sin embargo, ahora los jueces le pedirán las pruebas de esas acusaciones y para eso, a partir de este miércoles 17 de mayo tendrá 30 días hábiles, a partir de mañana, para entregar información ampliada ante la JEP.

Tendrá que entregar nombres, hechos y pruebas relacionadas con todo lo que dijo en las audiencias.

También le puede interesar: Mancuso confesó que presidente Petro y canciller Leyva fueron objetivos ordenados por el DAS

Temas claves que recordó Mancuso

1. FINANCIACIÓN DE CAMPAÑAS PRESIDENCIALES

Mancuso aseguró que las AUC apoyaron candidaturas de políticos que buscaban llegar al Congreso en las elecciones de marzo de 2002 y también hubo respaldos para las campañas de los ahora expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana.

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“En el año 2002 las Autodefensas intervinieron de manera directa las elecciones al Congreso, el 10 de marzo del 2002, y también, las elecciones de mayo de Presidencia del 2002″, dijo.

También afirmó que “hubo ayudas en elecciones al candidato presidencial Horacio Serpa, al mismo presidente Pastrana (1998-2002) y a Uribe (2002-2010)”.

2. VÍCTIMAS EN TERRITORIO VENEZOLANO

Una de las revelaciones más escabrosas que hizo el exjefe paramilitar es que las AUC arrojaron los cuerpos de unas 200 de sus víctimas en el lado venezolano de la frontera tras la destrucción del “horno crematorio” en el que desaparecieron centenares de personas.

“Entonces empezó una práctica diferente que fue a todas las víctimas arrojarlas en territorio venezolano. Unas al lado del río (Táchira) para que el río las llevara y las dejara del lado de Venezuela, y otras en las que algunos miembros de las Autodefensas ingresaron a Venezuela para dejarlas en fosas”, expresó Mancuso.

Estas desapariciones, según su relato, las ordenó “la fuerza pública”. “En nuestro teatro de guerra la lógica era dejar los cuerpos para causar terror en la población donde ejercíamos control”, se defendió.

“Esto tiene profundidades más amplias porque hubo coordinación también con militares y fuerza pública del lado de Venezuela para este tipo de operaciones”, añadió.

3. BLOQUE CAPITAL

Como lo había hecho en otros espacios, Mancuso volvió a acusar al exvicepresidente colombiano Francisco Santos (2002-2010) de pedirle crear el “Bloque Capital” de las AUC, que actuó en Bogotá, por cuenta de la violencia ejercida por la guerrilla de las FARC en la década de los noventa.

“Las personas agobiadas por la guerrilla nos pidieron creación de grupos de autodefensas (...) el mismo Francisco Santos solicitó la creación del Bloque Capital”, aseguró el exjefe de las AUC.

Santos “vino en representación de la oligarquía colombiana en la capital que estaban preocupados por la presencia de las FARC cerca a Bogotá”.

4. ÓRDENES CONTRA LA IZQUIERDA

En su versión ante la JEP Mancuso también aseguró que la policía secreta establecía lista de objetivos militares que les entregaban a los paramilitares, entre los que estaban el actual presidente, Gustavo Petro, y el canciller, Álvaro Leyva.

“El mismo canciller hoy Álvaro Leyva, el mismo presidente Gustavo Petro fueron parte de los objetivos militares que nos entregaba el señor José Miguel Narváez (subdirector del Departamento Administrativo de Seguridad -DAS-, la Policía secreta)”, dijo.

“Todo lo que tuviese que ver con izquierda, él lo consideraba un enemigo de la nación colombiana”, añadió.

En esa lista de “objetivos militares” estaban los actuales senadores por el partido oficialista Pacto Histórico Alirio Uribe (quien formaba parte de la organización de derechos humanos Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo) y la senadora Piedad Córdoba.

Las AUC estuvieron a punto de asesinar al actual embajador del país ante la ONU, Gustavo Gallón, fundador de la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ), un asesinato que no se produjo, según Mancuso, por “las enormes repercusiones” que tuvo el homicidio del periodista y humorista Jaime Garzón, que fue asesinado el 13 de agosto de 1999 en Bogotá por orden del entonces jefe las AUC, Carlos Castaño, con la complicidad de agentes del Estado.

5. EL PAPEL DE LA PRENSA

Mancuso también señaló directamente el papel de los medios de comunicación para legitimar el discurso paramilitar y su accionar criminal.

En ese sentido el exparamilitar aseguró que Santos le “invitó a Bogotá al periódico El Tiempo a explicarles a los editorialistas el enfoque de autodefensas en la lucha contra la subversión”.

“Nos ayudó muchísimo a legitimar el discurso”, apuntó Mancuso, quien aseguró que se publicaron editoriales y que el propio Santos hizo una columna que validó su discurso.

6. RELACIÓN CON GRANDES EMPRESAS

Postobón, Bavaria, Coca Cola o Ecopetrol, las principales empresas de Colombia, fueron algunos de los nombres que Mancuso nombró cuando se le preguntó sobre la relación tanto de las AUC como de las Convivir (cooperativas de vigilancia legales que algunas evolucionaron en las fuerzas paramilitares) con empresas.

“Recurrimos a finanzas ilícitas que incluyeron todo lo que había en la zona. Ecopetrol permitía que nosotros extrajéramos combustible del oleoducto y no suspendían el bombeo. De esa manera se nos pagaba a través de Ecopetrol”, dijo, por ejemplo, con relación a la petrolera.

Postobón “pagaba 10 millones de pesos (2.200 dólares o 2.040 euros) mensuales a través de un acuerdo directo” y Bavaria se beneficiaba de poder distribuir donde operaban lo paramilitares.

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