El domingo 16 de abril, el presidente Gustavo Petro viajó a los Estados Unidos para desarrollar una agenda que tuvo paso en la Universidad de Stanford; en la sesión de apertura del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas; la Sesión Plenaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados (OEA); y con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
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Este último encuentro -en el que también asistió el canciller, Álvaro Leyva; y los presidentes del Senado y Cámara, Roy Barreras y David Racero, respectivamente- finalizó con un estrechón de manos y con cuatro conclusiones entregadas por Petro, que dice, “deben ser reformadas en la agenda bilateral”.
El primero es priorizar una “agenda verde común para toda la América hacia la descarbonización de la economía y el cuidado de las selvas”. Dos, el aumento del consumo del fentanilo y el “cambio de la estructura en los Estados Unidos” para abordar este fenómeno. Como también “la necesidad de que (ese país) apoye” la Reforma Agraria.
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Por último, abordaron la cita de la Conferencia Internacional con países de América Latina, Estados Unidos, Canadá y de Europa, que se desarrollará el próximo martes 25 de abril, donde el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue invitado.
Petro y Biden se vieron cara a cara por primera vez
Durante estos cuatro días de la agenda del presidente Petro, el encuentro más importante se dio este jueves, cuando el jefe de estado y su homólogo, Joe Biden, se encontraron cara a cara por primera vez, luego de sostener una conversación vía telefónica días después de conocerse el resultado de las elecciones el 7 de agosto de 2022 y una fallida reunión programada en septiembre de ese año.
Según el primer mandatario colombiano, fue Biden quien lo invitó a la Casa Blanca, donde el objetivo principal era abordar temáticas como el cambio climático, la protección de la biodiversidad, la transición energética, los esfuerzos para la Paz Total, la migración, la política de drogas y las oportunidades de comercio e inversión para la prosperidad e inclusión social y territorial.
“Tengo unas expectativas que tienen que ver con la paz. Y en Colombia tiene que ver también con un cambio de políticas de los Estados Unidos. Es un momento clave para reforzar la relación y cooperación mutua entre ambos países”, indicó Petro. Mientras tanto, la Casa Blanca expresó que “Colombia es un socio clave de los Estados Unidos”.
¿Qué hablaron Petro y Biden?
El presidente de Colombia llegó puntual, a diferencia de otros eventos. A las 2:30 p.m hora Washington D.C, 1:30pm hora Colombia, arribó en una camioneta negra con banderas de ambos países y saludó por algunos segundos a la prensa.
Detrás ingresaban también Roy Barreras, David Racero, el embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo; el canciller, Álvaro Leyva; el ministro de Justicia, Néstor Osuna; de Defensa, Iván Velásquez, y demás miembros del gabinete.
Tras unos cuantos minutos se conoció la foto oficial: ambos jefes de estado sentados en el Despacho Oval, junto a sus respectivos traductores.
La conversación empezó rompiendo los protocolos. Biden lo felicitó por su cumpleaños 63, a lo que Petro respondió que es como tener 40. Pero luego, se centraron en los temas vitales que allí los habían llevado.
Fue tras la charla privada en otro punto de la Casa Blanca, con el acompañamiento respectivo de sus miembros del gabinete, que el presidente de Colombia presentó las conclusiones de la junta.
Ambos coincidieron en cambiar el modelo económico por acción climática para “abordar la construcción de una economía verde en todas las Américas” y así salvar “la selva amazónica”. Para esto último, EE.UU. se comprometió a aportar 500 millones de dólares para el Fondo Verde.
Bajo esta misma línea, indicó que trabajarán en fortalecer la Reforma Agraria para que los campesinos cultiven otros productos diferentes a la coca, que permita una lucha “más eficaz contra la droga”.
Asimismo, el jefe de estado colombiano informó que le pidió a Biden más embarcaciones, lanchas y drones, para combatir los cultivos ilíticos. Además, en el punto climático, expuso la necesidad de comunicar a Panamá con Colombia, “pues no hay una red eléctrica” y “si se llena de energías limpias, sería una ayuda a la economía de la carbonización”.
Por otro lado, Venezuela no podía quedar atrás. Petro negó ser un intermediario entre ambas naciones y sobre la mesa quedó planteada la estrategia de hacer elecciones libres en ese país, mientras “paralelamente y progresivamente se levantan las sanciones”.
Finalmente, abordaron el aumento del flujo migratorio en la selva del Darién, donde miles de personas de diferentes nacionalidades no cuentan con los derechos que salvaguarden su vida hasta llegar al país norteamericano. “Si no mejoran las condiciones económicas y sociales en los países de origen, de nada sirve criminalizar en los países de destino a los inmigrantes”, llamó la atención, Petro.