El 8 de mayo de 2005, El Tiempo, documentó una aterradora historia que conmocionó en ese entonces a los habitantes de Antioquia. Juan Zualuaga* el nombre que fue usado para proteger la identidad real de la persona, narró a los funcionarios de la Casa de Justicia del barrio Villa del Socorro, al nororiente de Medellín, como sus hijos habían sido obligados a comer carne humana.
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Los responsables habrían sido una banda satánica, llamada ‘La Misión’, quienes secuestraron no solo a los menores, sino también, a su entonces compañera sentimental de 38 años. Este grupo, era integrado por jóvenes entre los 18 y 25 años.
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“Era un hombre alto, aparentaba unos 40 años, trigueño, cuerpo atlético, vestía bluyín y camisa, y dijo ser trabajador de la construcción”, le narró un comisario al medio, cuando Zuluaga* se acercó un 23 de septiembre del 2003.
Así fue como los obligaban a comer
Juan Zualuaga*, le narró a las autoridades que llevaba un proceso para reclamar la custodia, de sus dos hijas de 5 y 12 años, y un niño de 10, pues hace dos años, no convivía con su pareja, a causa de que tenía una nueva relación.
“Según el señor, el compañero de su mujer mantuvo a dos de los niños en una finca, donde realizaban ritos extraños con cadáveres recién enterrados y consumían carne humana”, dijo el comisario.
Afirmación que fue corroborada por ella misma, tras ser llamada por el comisario, la sicóloga y los fiscales de la Casa de Justicia. “La señora contó que los vigilaban día y noche. Solo salía de la finca a lugares cercanos, pero dejando a uno de los dos niños”.
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En uno de esos días de cautiverio, cuenta que los integrantes de la banda, fueron hasta un cementerio y robaron un cadáver. Una vez llegaron a la finca, en la noche y en presencia de los niños, hicieron oraciones y rezos en torno del cuerpo.
Desde ese momento, pasó una semana, cuando uno de ellos le preguntó ¿qué tal le parecía la comida? A lo que ella, otra mujer y los menores, no tuvieron más reparo que decir que estaba buena. “Nos hacían comer carne humana. Sabía a marrano”, dijo.
Pero lo peor viene después. El hombre llegó con una olla y del fondo sacó una cabeza humana. Según él, era del cuerpo que había sacado del cadáver y con eso iba a preparar “el plato fuerte”.
Finalmente, El Tiempo señaló en ese entonces, que gracias a una llamada hecha por la víctima a su hermana, las autoridades rastrearon la comunicación y capturaron a los integrantes de ‘La Misión’. Sin embargo, el padrastro de los menores escapó.
Mientras que los niños recibieron apoyo psicológico y la Fiscalía se hizo cargo del caso para determinar si efectivamente comieron carne humana.