Colombia atraviesa un momento económico complejo a raíz de la tendencia alcista de la inflación, las medidas para controlarla y las afectaciones que estos factores han tenido para las finanzas de los hogares del país. Por eso, la clave para sobrevivir a la época de ‘vacas flacas’ y de nerviosismo económico es la capacitación financiera.
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El Banco de la República indicó que la tasa de inflación anual para julio se ubicó en 10,21%, un máximo histórico que no se superaba desde hace dos décadas. Así mismo, la junta del emisor elevó las tasas de interés hasta 9% para el mes de agosto, registrándose un aumento de 150 puntos básicos. Sumado a esto, el comportamiento del dólar en julio, que alcanzó un valor récord de $4.625, puso en alerta y en aprietos el bolsillo de los colombianos, aunque ya parece dar un respiro y regresó a los $4.300 en promedio.
Aterrizado en las finanzas personales, estos indicadores se traducen en un consumo más costoso y una fuga en los ingresos que debe controlarse adecuadamente. Juliana Matiz, fundadora de Investopi, señala que la estrategia para enfrentar con éxito este contexto desafiante está en la educación y la capacitación financiera en temas sencillos como, por ejemplo, aprender a hacer un presupuesto y conocer cómo invertir, según el perfil de riesgo de cada persona.
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“Colombia está viviendo un momento en el que hay bastante tensión económica y no está de más consumir de manera consciente y responsable. Esa es la clave para salir bien librados de una coyuntura marcada por el nerviosismo y la incertidumbre financiera”, resalta.
Cómo hacer un presupuesto realista
Hay diversas maneras en las que se puede dividir los ingresos mensuales, pero lo más fácil es hacer una separación sencilla de los gastos para empezar a poner en práctica.
Lo ideal, señala Matiz, es organizarlo de la siguiente manera:
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- Vivienda (servicios públicos, arriendo o pago de cuota): 30%.
- Alimentación (mercado, domicilios y comidas por fuera): 20%
- Educación propia o de los hijos: 20%.
- Transporte, ocio y demás: 15%.
- Pago de deudas (tarjetas de crédito y otros prestamos): 10%
- Ahorro e inversión: 5%
Los gastos no contemplados inicialmente en el presupuesto, como son los imprevistos, se deben incluir dentro del rubro de trasporte, ocio y demás, pero no se recomienda comprometer el presupuesto de vivienda, educación, alimentación ni deudas.
“Cumplir con esta tarea al pie de la letra es muy complejo; de hecho, es más una cuestión de ponerse ciertas reglas y responsabilidades. Si hay una emergencia, hay que salirse del presupuesto, pero esto no se puede volver costumbre ni capricho”, resalta Matiz.
Tres recomendaciones prácticas para cuidar el bolsillo
- Aprender a invertir y rentabilizar el dinero, pues no es suficiente con tener la plata guardada. La inversión es un vehículo para multiplicar los ingresos, pero para hacerlo correctamente se debe saber cómo identificar el perfil de riesgo, determinar la expectativa de rentabilidad y cuáles son las opciones más favorables para el bolsillo.
- No es el momento de endeudarse. Así mismo, hacer compras en dólares con la tarjeta de crédito es el peor error actualmente, pues cada vez que el banco liquidará la cuota se hará con la TRM de ese día y con la alta devaluación del peso esto es algo que definitivamente no se recomienda. Igualmente, no es hora de viajar o de estudiar en el exterior, salvo que sea completamente necesario, pues los gastos de hospedaje, alimentación y transporte al pagarse en la moneda americana también pueden ahogar el bolsillo. Así mismo, no se aconseja sacar créditos en este momento, pues las tasas de interés están muy altas y seguirán subiendo, de esa manera el dinero que hoy se pide prestado con seguridad saldrá muy costoso pagarlo.
- Evitar comprar productos importados. Al hacer mercado es mejor ante la coyuntura económica adquirir alimentos y bebidas nacionales que, por efectos de la inflación, aunque están costosos, no valen lo mismo como si vinieran desde el exterior. La mejor alternativa es buscar productos sustitutos y de origen colombiano.
Tres lamentos financieros muy comunes en épocas de vacas flacas
Primero, *gastar más de lo debido. Esto sucede cuando no se tiene un control de gastos y una estructura de las finanzas que permita hacer un seguimiento al movimiento del dinero.
Segundo, *caer en estafas financieras buscando una mayor rentabilidad de las inversiones. La falta de una educación financiera puede hacer más vulnerables a las personas a este tipo de prácticas y delitos. Por eso se recomienda investigar a detalle los negocios o inversiones prometedores. En este punto es clave prestar atención a la trayectoria de la entidad que ofrece tales inversiones, las experiencias de otras personas, las condiciones para obtener rentabilidad; también estar alerta si los recursos no aparecen a nombre propio o las ganancias dependen de atraer más personas con capital.
Tercero, *no rentabilizar la plata y dejarla quieta y solo ahorrada. Tener el dinero bajo el colchón es muy mal negocio, sobre todo en este momento, porque la plata a raíz de la devaluación está perdiendo cada día mayor valor. Lo ideal es mantener el capital ahorrado en movimiento y en una alternativa que por lo menos lo blinde de la inflación y la devaluación.