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“Es una farsa”: testimonios revelan lo que hay detrás de las terapias de conversión

La organización sigue ofreciendo sus servicios de “conversión”.

Ley que prohiba terapias de conversión gay. (EFE)

Recientemente, el tema sobre las llamadas terapias de conversión volvió a ponerse sobre la mesa, pues se radicó un proyecto de ley que busca prohibir esta práctica que atenta contra los derechos de la comunidad LGBTI.

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También conocidas como ECOSIEG (Esfuerzos de Cambio de Orientación Sexual, Identidad o Expresión de Género) tienen por objetivo “transformar” o “curar” la homosexualidad e imponer la heteronormatividad.

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A propósito, durante una emisión del programa nocturno Séptimo Día, se dieron a conocer dos testimonios de personas que en algún momento de su vida se sometieron a dichas terapias.

Se trata de Fabián Meneses y Xiomi Díaz, quienes tienen en común que asistieron a la misma iglesia, Iglesia del Chicó, específicamente al grupo Romanos 6, encargado de llevar a cabo estas prácticas de conversión.

Por su parte, Meneses contó que aceptar su orientación sexual no fue fácil, por lo que decidió probar las terapias, en donde una de sus metodologías, la del ‘Semáforo’, consistía en ubicarse en un color: el rojo si se habían masturbado o visto pornografía, el amarillo si se vieron tentados y el verde si no sintieron nada “impuro”. Sin embargo el estrés fue tanto que, incluso, intento atentar contra su vida.

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En el caso de Díaz, contó que la presión y lo que le enseñaron fue tan fuerte que llegó a sentir odio hacia las personas homosexuales. Así, se sometió a las terapias, que tenía como otra metodología usar un caucho en la muñeca y jalar de él para lastimarse cada vez que sintiera atracción por personas de su mismo sexo.

Finalmente, ambos admitieron que todo lo prometido en la iglesia fue una farsa, pues, como dijo Meneses, “no es algo que tenga cura”. De la misma manera, ambos estuvieron de acuerdo al decir que, incluso, los mismos miembros del grupo religioso que juraron haberse “convertido”, llegaron a acosar o insinuársele a los asistentes.

“La gente decía que se escapaba y tenía sus momentos de debilidad. No sentí ninguna conversión, incluso nos dijeron que no nos íbamos a convertir”, agregó Meneses.

Actualmente, el grupo Romanos 6 sigue ofreciendo sus servicios por una mensualidad “voluntaria” de 60 mil pesos.

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