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Colombiana denuncia que sufrió de racismo en Ucrania

En una zona del país no les querían vender comida ni transportar a extranjeros.

Refugiados Ucrania Personas huyen de la zona de conflicto en Ucrania. (Andreea Alexandru/AP)

Una odisea han vivido la santandereana Mary Jhoana Díaz y su esposo, Laureano Mantilla, quienes estaban establecidos en Kiev, desde hace dos años.

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Allí trabajaban para una multinacional como teleoperadores, pero tras la invasión de Rusia tuvieron que salir huyendo hacia Polonia en busca de refugio.

“Hasta el miércoles en la noche, todo parecía normal, de hecho, el jueves por la mañana recibimos una llamada de la oficina para decirnos que no podíamos ir a trabajar porque empezaba el problema, pero hasta el jueves en la mañana no pensábamos que fuera así. Desde entonces, empezamos nuestra travesía para salir de Kiev”, dijo Díaz a la FM.

Por tanto, la colombiana narró todos los difíciles momentos que ha tenido que padecer tras quedar atrapada en Ucrania.

“No hemos podido dormir bien, ni comer, no podemos retirar dinero y tampoco nos quieren vender comida. Tuvimos que caminar más de 25 kilómetros a una estación de servicios para poder conseguir algo de comida”, agregó.

En la travesía tuvieron que tomar otro camino porque no iban a dejar salir a su esposo del país para enlistarlo en el ejército.

“En esa frontera se armaron muchos disturbios por personas de otras nacionalidades y aunque nunca lo aceptaron, la frontera la habían cerrado para los hombres. Llegar a esa frontera fue lo peor que nos pudo pasar porque en el camino para allá nos encontramos con un grupo de extranjeros que estaban haciendo muchos disturbios y comenzaron los disturbios”, detalló.

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La colombiana afirmó que los momentos más difíciles de afrontar fue cuando sufrió al ser discriminada por ser extranjera.

“Es una experiencia que no quisiera ni recordar. Vivimos el racismo en su estado puro en esa zona, no en todo el país. La mayoría de personas de Ucrania son muy lindas, pero en esa zona del país y tal vez por esa emergencia, vivimos el racismo en su estado puro. Por ser extranjeros no nos querían vender comida, además no nos querían dejar subir al autobús. Los soldados no permitieron que ningún autobús nos sacara de ahí”, añadió.

Estos colombianos recibieron ayuda de la Embajada de Colombia para llegar a Polonia en las últimas horas y en este momento están siendo atendidos en Cracovia, donde fueron instalados en un hotel y les permitieron la comunicación con sus familiares.

En los próximos días deciden si regresan a Colombia o se trasladan hacía Madrid, España, donde sus dos hijos se encuentran estudiando actualmente.

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