Se trata de la IPS “Resurgir a la vida”, ubicada en el sector de Normandía, en Bogotá, que prometía a familiares de personas en condiciones de drogadicción, alcoholismo, “terapias de conversión” por su condición sexual y “tratar” la obesidad, para supuestamente restituirlos como mejores seres humanos a la sociedad.
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Sin embargo, y luego de recibir varias denuncias de jóvenes que narraron como eran torturados, golpeados con palos y patadas, privados de poder ir al baño o les tiraban agua fría en la noche, la Fiscalía General de la Nación durante un mes y con un equipo del CTI, psicólogos y psiquiatras forenses, investigaron y hallaron conductas criminales en esta IPS.
“Ahí funcionaba un centro de rehabilitación y se escuchaban gritos. En alguna ocasión oímos como si personas de la casa maltrataran a un joven que fue por ser homosexual. Había escándalos, ruido y desespero. Ayer cerraron la cuadra y dicen que capturaron una persona y sacaron dos menores de edad”, contaron vecinos del sector a Revista Semana, en una investigación periodística que realizaron.
El pasado jueves la Fiscalía irrumpió de manera sorpresiva a la casa y rescató a 35 personas, entre ellas dos menores de edad que se encontraban en contra de su voluntad. Adicionalmente recopilaron elementos como: un taser de voltaje, dinero en efectivo, computadores, grabaciones de 28 cámaras de seguridad, bolsas con medicamentos y manillas para inmovilizar.
“En muchas oportunidades habrían ingresado al inmueble dopadas o amarradas para que no se resistieran. Los pacientes eran aislados totalmente de los parientes más cercanos. Cuando les permitían algún tipo de comunicación, se les monitoreaban para evitar que revelaran el drama que padecían. Adicionalmente, pedían a los acudientes ropa y elementos personales; sin embargo, los artículos nunca eran entregados”, mencionó la Fiscalía.
Finalmente La Fiscalía General le imputará a su director, quién es un ingeniero, y otros cuatro funcionarios los delitos de tortura agravada, secuestro, amenazas y concierto para delinquir.
La Fundación por el momento tiene sus puertas cerradas mientras se aclara los hechos. Así mismo el ente investigador sigue recolectando testimonios y otras evidencias para verificar las torturas que cientos de pacientes padecieron allí.