Las autoridades en Antioquia expresaron su rechazo frente a la caravana fúnebre con la que habría sido despedido alias ‘Guillermino’, señalado como cabecilla de las disidencias del frente 36 de las Farc. El hecho quedó en evidencia tras la publicación de un video por parte del gobernador de Antioquia, quien denunció la situación y advirtió sobre la gravedad de rendir homenajes a quienes han atentado contra la vida y la institucionalidad en el departamento.
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De acuerdo con la información oficial, ‘Guillermino’ estaría presuntamente vinculado al asesinato de 13 policías en Amalfi, Antioquia, ocurrido en un ataque armado que estremeció a la región y generó una fuerte condena nacional. Su figura había sido catalogada por la Fuerza Pública como una de las más peligrosas en el nordeste antioqueño, por su rol en actividades de narcotráfico, extorsiones y acciones violentas contra las comunidades.
Autoridades condenan homenaje póstumo a alias ‘Guillermino’ en Antioquia
El video divulgado por el gobernador muestra una caravana de motocicletas y vehículos acompañando el féretro, en un acto que fue interpretado como un homenaje público al cabecilla. Esta escena, según las autoridades, resulta inadmisible porque envía un mensaje equivocado de legitimación a las estructuras armadas ilegales.
El mandatario departamental aseguró que este tipo de manifestaciones no solo hieren la memoria de las víctimas, sino que también generan un impacto negativo en los esfuerzos de las instituciones por consolidar la seguridad. “No podemos permitir que se glorifique a quienes han sembrado dolor en Antioquia”, manifestó.
Por su parte, la Policía Nacional y el Ejército reiteraron que continuarán con los operativos para desarticular a las disidencias que operan en la región, en especial al frente 36, del cual alias ‘Guillermino’ era considerado uno de sus principales mandos. También hicieron un llamado a la ciudadanía para que rechace cualquier manifestación que intente rendir tributo a quienes han sido responsables de crímenes atroces.
El hecho ha reavivado el debate sobre el control territorial de las disidencias en Antioquia y la necesidad de reforzar la presencia del Estado en las zonas rurales. Para las autoridades, la caravana refleja el poder de intimidación que aún ejercen estos grupos ilegales, pero también reafirma el compromiso institucional de combatirlos.
En medio de la polémica, el mensaje oficial ha sido claro: "Antioquia no puede rendir honores a los violentos", sino trabajar de manera conjunta por la paz, la memoria de las víctimas y la defensa de la vida.