La tragedia que sacudió en las últimas horas a la vereda Granizal de Bello, en Antioquia, ha dejado hasta el momento 10 personas muertas, 15 heridas y una cifra indeterminada de desaparecidos, según el más reciente reporte entregado por el gobernador Andrés Julián Rendón. La emergencia se originó por un deslizamiento de tierra, provocado por las intensas lluvias que han caído en la región durante más de 36 horas continuas.
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El gobernador advirtió que el riesgo sigue latente y solicitó la evacuación inmediata de las familias que habitan los sectores Altos de Oriente 1 y 2 y Manantiales. “Aquí permaneceremos, al lado de nuestros paisanos. Las labores de búsqueda y rescate continúan sin descanso”, aseguró.
Por su parte, la alcaldesa de Bello, Lorena González, informó que al menos 10 viviendas fueron destruidas completamente. Desde el primer momento, se activaron los protocolos de emergencia y al sitio acudieron 22 unidades del cuerpo de bomberos, grupos especializados en búsqueda y rescate, agentes de la Policía Nacional, movilidad y equipos técnicos, sociales y psicosociales de la Oficina de Gestión del Riesgo.
La magnitud del deslizamiento fue tal que algunos testigos lo compararon con el impacto de un avión contra una montaña. Ocurrió hacia las 3:20 a.m. del martes, llevándose a su paso cerca de 50 viviendas, muchas de ellas ubicadas en asentamientos informales sobre la ladera oriental que separa a Medellín y Bello.
Vidas truncadas
Entre los casos más conmovedores está el de María Georgina Hernández, conocida por sus vecinos como Érika, quien vivía junto a su pareja, un sobrino y un amigo sin familia en una finca que había construido en la zona. “Ella decía que si moría allí, lo haría feliz, con sus gallinas y su paz”, relató su hija Verónica Hernández. Hoy, Érika, su esposo y su amigo están desaparecidos. Solo el cuerpo de su sobrino, Juan David Lozano, de 15 años, ha sido hallado sin vida.
También se reportó la desaparición de Carolina Ciro, oriunda de La Unión, Antioquia, quien residía en el lugar junto a sus hijos Emanuel Osorio, de 4 años, y Maximiliano Martínez, de 1 año. Milagrosamente, Maximiliano fue rescatado con vida y permanece bajo atención médica, siendo uno de los ocho sobrevivientes hallados hasta ahora por los organismos de socorro.
Rescate entre la incertidumbre
A pesar de las advertencias de las autoridades sobre el riesgo de nuevos deslizamientos, los mismos habitantes del sector, provistos de palas y botas, han colaborado en la remoción de escombros para rescatar a sus vecinos. “Entendemos los riesgos, pero no podemos quedarnos quietos mientras nuestros seres queridos están bajo la tierra”, dijo Héctor Tobón, uno de los voluntarios en la zona.
Debido a las condiciones inestables del terreno y a la rotura de un tubo de agua que mantiene el suelo aún más fangoso, el Cuerpo de Bomberos de Bello decidió suspender temporalmente las labores durante la noche y reiniciar las búsquedas a las 7:00 a.m. de este miércoles, si las condiciones lo permiten.
En apoyo a estas labores, el Sistema de Alerta Temprana (SIATA) instalará luminarias y radares para monitorear cualquier nuevo movimiento en masa. “Antes de volver a ingresar a la zona, los geólogos deben revisar si es seguro para los equipos de rescate”, explicó el capitán Nelson Zuluaica, comandante del cuerpo de bomberos local.
Afectaciones en otras zonas del Valle de Aburrá
La emergencia en Bello se suma a los estragos que también se vivieron en Santo Domingo Savio, comuna 1 de Medellín, donde el desbordamiento de la quebrada La Negra provocó inundaciones en al menos 20 viviendas, dejando 80 personas damnificadas. Las pérdidas materiales afectaron muebles, electrodomésticos y enseres.
Mientras tanto, las autoridades locales habilitaron albergues temporales para atender a las familias afectadas en puntos como la JAC Regalo de Dios, JAC Oasis de Paz, el Colegio Fe y Alegría Grijelmo y casas comunitarias en el sector de Zamora.
Llamado a la prevención
Las lluvias intensas que originaron la tragedia son parte de una temporada invernal que ha generado múltiples emergencias en el área metropolitana del Valle de Aburrá. Los organismos de gestión del riesgo hicieron un llamado urgente a evitar construir en zonas de alto riesgo y a acatar las alertas tempranas que emiten las autoridades.
El gobernador Rendón reiteró que “la prioridad es salvar vidas” y que el Departamento continuará brindando atención humanitaria, apoyo psicosocial y acompañamiento a las familias afectadas.
Mientras avanza la identificación de los cuerpos en Medicina Legal, las comunidades afectadas permanecen en vilo, aferradas a la esperanza de hallar con vida a sus seres queridos. La emergencia en Bello deja una profunda huella de dolor, pero también evidencia la fuerza comunitaria de quienes, en medio del luto, no han dejado de buscar.

