Medellin

Medellín se enfrenta al fenómeno del Niño y a la calidad del aire que respira

La llegada del fenómeno del Niño a Medellín no solo afecta en las altas temperaturas sino también en la calidad del aire que se respira.

El Fenómeno del Niño, las altas temperaturas que causan incendios más la calidad del aire son temas que preocupan a la ciudad. Medellín salió de inundaciones causadas por el fenómeno de la Niña para enfrentarse a la sequía y las consecuencias que representa para sus ciudadanos.

PUBLIMETRO COLOMBIA contactó a expertos para conocer el panorama actual de la ciudad, las condiciones que se experimentan en el Valle de Aburrá y lo que se puede hacer para mitigar los efectos del cambio climático.

Luis Aníbal Sepúlveda Villada, Ingeniero Sanitario con maestría en Medioambiente y desarrollo, gerente de EarthGreen y director de proyectos de innovación y desarrollo de la Asociación Colombia de Ingeniería Sanitaria y Ambiental; aseguró que es indispensable que los funcionarios públicos sepan cómo se comporta el clima en Colombia.

“En primer lugar, los fenómenos del Niño y la Niña son recurrentes, tienen que ver con la climatología del mundo y especialmente con el calentamiento de las aguas en el Pacífico. Eso lo saben todos los funcionarios del Ideam y obviamente, los alcaldes, gobernadores y ministros tienen que saber cómo se mueve el clima en Colombia. Si es un fenómeno recurrente es falta de una previsión elemental desde lo territorial con los municipios, hasta de los ministros y el presidente. No tenemos nunca los planes ni las acciones, que tienen que ser sistemáticas”, aseguró el experto.

Además, dijo que en el caso particular del Valle de Aburrá no es un secreto el efecto de la urbanización intensa y de las laderas que están completamente conurbadas, tanto con construcciones formales como con invasiones.

“Eso parece que no le interesa a nadie, es decir, el ecosistema del Valle de Aburrá es un ecosistema absolutamente frágil, con unos índices de reforestación muy débiles. Solo hay que mirar a las laderas para darse cuenta que lo primero que necesita el Valle de Aburrá es un proceso de reforestación intenso, de recuperación y restauración de los suelos, pero como eso no da votos y no permite contratos; entonces, no se hace a la velocidad ni con la intensidad que se requiere”, agregó el experto.

Por su parte, Yerson Ospina, biólogo y docente de Biología, Ecología y Química Farmacéutica de la Universidad CES, considera que para poder hablar del clima hay que tener en cuenta que este es el resultado de muchos elementos.

“Lo que estamos viviendo no es sólo el resultado de esos fenómenos naturales que están sucediendo, también, en gran medida, es estar en el contexto de un cambio climático, que genera incertidumbre. Lo más importante es que ese cambio climático es de origen antropológico debido a nuestro actuar como especie y lógicamente al deterioro de los ecosistemas. Además, se nos han olvidado áreas tan importantes como la biología y la ecología que pueden aportar a la solución de estas problemáticas”, dijo Ospina.

El experto indicó que al tener ecosistemas degradados en áreas o centros urbanos como lo es el Valle de Aburra, “no tenemos ecosistemas y los seguimos perdiendo. Cada vez muchas alertas de deforestación surgen en el área del Valle de Aburrá, porque perdemos bosques y deterioramos los que ya tenemos, eso hace que no haya la regulación hídrica para afrontar estos fenómenos naturales y se acentúen hacia los dos extremos; es decir, no solo estamos viviendo días calurosos, con ese déficit hídrico, sino que también en este momento estamos viviendo heladas en las horas de la madrugada por lo que son choques térmicos que indican que estamos perdiendo las funciones ecosistémicas”.

Efectos sobre la calidad del aire

Ángela María Rendón, profesora de la Escuela Ambiental de la Universidad de Antioquia, se refirió a los problemas de la calidad del aire por la que el territorio atraviesa cada año y durante dos épocas específicas.

“Tenemos problemas de la calidad del aire con alta frecuencia, no es solamente cuando estamos con el fenómeno del Niño, solo que este tiende a exacerbar el problema porque disminuye la cantidad de agua que recibimos y esa agua tiene la capacidad del limpiar la atmósfera. Entonces, los problemas de calidad del aire aumentan”, dijo Rendón.

La experta coincide en que esta situación está relacionada directamente con el cambio climático y que es clave para los ciudadanos que estén informados. “Se debe estar al tanto de las problemáticas ambientales que enfrentamos. En época de contingencia, como la que está empezando y de la que vamos a escuchar mucho muy pronto, tenemos que saber que hay que tratar de emitir lo menos posible, para atender el problema en lo inmediato”, agregó.

Insistió en que a largo plazo como sociedad se debe tender a una movilidad diferente. “Nosotros no podemos cambiar la topografía del Valle de Aburrá, pero en términos de la calidad del aire sí podemos actuar para emitir menos, desplazarnos en transporte público, usar la bicicleta y sacar cada vez menos el vehículo”.

Rendón reveló que actualmente están trabajando en el impacto climático a nivel local, “tenemos en curso estudios que apuntan a una mejor adaptación de nuestros territorios, que debemos adaptarnos a un mundo cambiante, en el que el clima ya no es el mismo y debemos pensar obras y proyectos en esos términos. Nuestros líderes deben estar al tanto de lo que está pasando y en que tenemos que planear el territorio pensando en esos problemas”.

Luz Jeanette Mejía, Líder de Gestión del Riesgo y Cambio Climático del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, autoridad ambiental, aseguró que desde el año pasado ya eran conscientes de lo que sucedería durante la primera temporada seca del año y que iba a estar altamente influenciada por el fenómeno del Niño.

“Desde el área metropolitana empezamos con una fase de prevención y alistamiento con todas las autoridades que tienen que trabajar de manera educativa, preventiva y correctiva, haciendo un llamado a que nos preparemos para hacerle frente a los incendios forestales”, indicó Mejía.

En las últimas mediciones del SIATA algunas de las estaciones aparecen en amarillo; sin embargo, la funcionaria explicó que el monitoreo debe hacerse durante 48 horas para poder tomar medidas. “Siempre serán 48 horas porque es una medida estándar para poder tener los acumulados del material particulado. No se nos puede olvidar que al estar en un territorio tropical vamos a tener lluvias, que no están asociadas al fenómeno del Niño; pero que ayudan a la dispersión de los contaminantes y a una diminución de la sensación térmica”, agregó.

La funcionaria indicó que hay que estar preparados porque “el área metropolitana va a sentir su periodo más fuerte de aumento de temperaturas en el mes de febrero y en el oriente cercano, tendremos una reducción mucho más alta de las precipitaciones”, puntualizó.

La cifra

48 horas se debe monitorear la acumulación de las partículas contaminantes en el aire antes de tomar algunas medidas restrictivas.

La frase

“El área metropolitana va a sentir su periodo más fuerte de aumento de temperaturas en el mes de febrero”, Luz Jeanette Mejía, Líder de Gestión del Riesgo y Cambio Climático del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

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