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Estudio revela que la adolescencia se extiende hasta los 32 años, según la Universidad de Cambridge

Un estudio de Cambridge replantea las etapas del desarrollo cerebral y propone que la adolescencia se prolonga hasta los 32 años, revelando cambios profundos en el funcionamiento del cerebro.

Jóvenes tocan tambores durante una protesta en contra del gobierno, el martes 20 de julio de 2021, en Bogotá AP (Ivan Valencia/AP)

Un reciente y controversial estudio científico está desafiando las nociones tradicionales sobre la adolescencia, proponiendo una reconfiguración completa de las etapas del desarrollo humano. Lejos de limitarse a los 18 o 21 años, como se ha aceptado durante décadas, la investigación sugiere que el cerebro mantiene rasgos adolescentes hasta los 32 años, lo que extiende de manera significativa el umbral hacia la adultez plena.

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El trabajo, publicado en la revista Nature Communications, analiza las transformaciones del cerebro a lo largo de la vida y establece cuatro edades clave que marcan inflexiones: 9, 32, 66 y 83 años. Estos hallazgos se derivan de un estudio amplio en el que participaron cerca de 4.000 personas de hasta 90 años, quienes fueron sometidas a detallados escáneres cerebrales para observar cómo evoluciona la conectividad neuronal.

Nuevo estudio redefine el desarrollo humano y amplía la adolescencia más allá de los 30 años

Según los investigadores de la Universidad de Cambridge, el cerebro humano atraviesa cinco fases claramente diferenciadas: infancia, adolescencia, edad adulta, envejecimiento temprano y envejecimiento tardío. Lo más sorprendente es que la fase adolescente, caracterizada por altos niveles de reorganización interna, se extiende desde los 9 hasta los 32 años, mucho más allá de los límites que se asumían previamente.


Los científicos explican que las fluctuaciones en la estructura y eficiencia de las conexiones cerebrales no siguen un patrón lineal. Por el contrario, el cerebro se reconfigura constantemente, fortaleciéndose y debilitándose en función de las experiencias y aprendizajes. Esto, dicen, ayuda a comprender por qué el riesgo de padecer trastornos de salud mental o desarrollar demencia varía según la edad.

Alexa Mousley, miembro del equipo investigador, señaló a la BBC que el cerebro “siempre está en proceso de reorganización” y que la claridad con la que se identifican estas edades es sorprendente. Aunque cada persona puede atravesar estas etapas de manera ligeramente diferente, los patrones se repitieron con suficiente consistencia para definir fronteras claras entre cada fase.

Las cinco fases del cerebro

Infancia (0 a 9 años):Durante este periodo inicial, el cerebro experimenta un crecimiento acelerado y una significativa reducción de sinapsis, las conexiones neuronales generadas en exceso al comienzo de la vida. Pese al rápido desarrollo, el cerebro se comporta de forma poco eficiente, como un niño que recorre un parque sin rumbo fijo.

Adolescencia (9 a 32 años):A partir de los 9 años, ocurre un cambio abrupto: la red neuronal se vuelve notablemente más eficiente. Este periodo, además, coincide con el mayor riesgo de aparición de trastornos mentales. Aunque tradicionalmente se pensaba que la adolescencia terminaba al final de la pubertad, y más recientemente se extendía hasta los 20, este estudio aporta evidencia de que continúa hasta poco después de los 30. Mousley afirmó que este es “el cambio más profundo” entre las etapas cerebrales y subrayó que el cerebro mantiene su eficiencia máxima durante estos 23 años.

Edad adulta (32 a 66 años):Tras los 32, el cerebro entra en su etapa más larga: un periodo de estabilidad en el que las mejoras previas comienzan a invertirse y la eficiencia neuronal disminuye de forma gradual. Según Mousley, esta fase coincide con la conocida “meseta” en aspectos como la inteligencia y la personalidad.

Envejecimiento temprano (66 a 83 años):Aunque no implica un declive abrupto, a partir de los 66 años el cerebro empieza a mostrar cambios en la forma en que sus regiones se comunican. En lugar de trabajar como un sistema integrado, comienza a fraccionarse en grupos de zonas especializadas, de manera similar a una banda musical cuyos integrantes emprenden proyectos individuales. Este periodo también se relaciona con la aparición de condiciones como demencia e hipertensión, que afectan la salud cerebral.

Envejecimiento tardío (83 años en adelante):Finalmente, a los 83 años inicia la fase más avanzada del funcionamiento cerebral. Aunque hay menos datos, debido a la dificultad para encontrar cerebros sanos en ese rango, los patrones observados muestran una profundización de los cambios típicos del envejecimiento temprano.

Un estudio que abre nuevas preguntas

Los investigadores aclararon que el estudio no separó datos por sexo, por lo que fenómenos como la menopausia podrían influir en futuras investigaciones. Entretanto, expertos como Duncan Astle, profesor de neuroinformática en Cambridge, señalan que las diferencias en la configuración cerebral están asociadas a dificultades en aspectos como la memoria, el lenguaje y la atención.

Por su parte, Tara Spires-Jones, directora del Centro para el Descubrimiento de las Ciencias del Cerebro en la Universidad de Edimburgo, afirmó que el estudio “demuestra cuánto cambia nuestro cerebro a lo largo de la vida”, aunque advirtió que estas transiciones no se dan a la misma edad en todas las personas.

Este revelador trabajo abre la puerta a nuevas discusiones sobre cómo entendemos el desarrollo humano y plantea la necesidad de revisar conceptos tan arraigados como la adolescencia, la adultez y el envejecimiento.

       

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