Jamar, la multinacional colombiana de muebles que ha acompañado a miles de familias durante más de siete décadas, celebró el pasado 4 de octubre sus 75 años de trayectoria con un espectáculo sin precedentes en Barranquilla.El evento tuvo lugar en su tienda insignia del Paseo Bolívar, la primera que inauguró la marca, y reunió a más de 600 artistas, entre ellos 300 colaboradores, directivos, niños del club deportivo Solid Wood y miembros de la familia fundadora Naimark, incluida la señora Fanny Naimark, quien a sus 86 años fue parte de la conmemoración.
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La jornada fue una auténtica fiesta de orgullo colombiano, acompañada por reconocidas figuras e influencers como La Toya Montoya, Julieta Piñeres, Orlanduco, El Galates y Pedro Palacios, quienes participaron en la caravana que recorrió las calles de la ciudad, recordando los valores de esfuerzo, familia y progreso que han caracterizado a Jamar desde sus inicios.
Una historia que nació en Barranquilla
La historia de Jamar comenzó en 1933, cuando Jaime Naimark, con solo 16 años, decidió emprender vendiendo muebles en Barranquilla para sostener a su familia recién llegada desde Polonia. En 1951, abrió el primer almacén en el Paseo Bolívar, actual Jamar Principal, con una visión pionera: ofrecer muebles de calidad y la posibilidad de comprarlos a crédito, algo revolucionario para la época.
Ese modelo permitió que miles de familias trabajadoras accedieran a mobiliario digno y duradero, transformando el consumo del sector en Colombia. Década tras década, la compañía creció sobre los pilares de la financiación accesible, el diseño innovador y el servicio excepcional.Hoy, tres generaciones después, el legado continúa en manos de Max Naimark y sus hijos Benny y Jessica, junto a un equipo de más de 1.200 colaboradores y 9.000 empleos indirectos.
Innovación, expansión y orgullo colombiano
Con 22 showrooms en Colombia y 7 en Panamá, Jamar se consolida como el referente número uno de la industria del mueble en el país. En los últimos cinco años ha mantenido un crecimiento sostenido en ventas, incluso en contextos económicos retadores.Según Eduardo Restrepo Pombo, CFO de la compañía, las proyecciones apuntan a un incremento del 20% en 2025, superando los 352 mil millones de pesos en ventas nacionales.
“Miramos hacia adelante con optimismo. Con la apertura de nuevas tiendas, como la ubicada en la Carrera 30 de Bogotá, el showroom de muebles más grande del país con 5.000 metros cuadrados, proyectamos alcanzar ventas cercanas al billón de pesos para 2030”, afirmó Restrepo Pombo.
Entre los principales diferenciales de la empresa se destacan:
- Credijamar, su plataforma fintech, que ha otorgado más de $1,25 billones en créditos para muebles y colchones, representando el 70% de las ventas totales.
- Una inversión superior a $70 mil millones en infraestructura, con sus centros CILA y CENDIS, que fortalecen la formalización laboral y la cadena de suministro nacional.
- El CENDIS de Barranquilla, segundo centro de distribución más grande del sector en Latinoamérica, con capacidad para 1.500 despachos diarios.
Además, Jamar es una Marca País licenciada por ProColombia, orgullosa de su producción nacional. “El 95% de nuestros muebles son hechos en Colombia, elaborados con madera de roble, textiles de alta resistencia como el Eurolino y procesos de pintura poliuretano que garantizan durabilidad y calidad”, explicó Gloria Torres, CMO de la compañía.
Celebración con propósito y futuro
El aniversario 75 no solo conmemora la permanencia de la marca, sino su impacto cultural, social y económico en el país. La caravana artística en Barranquilla fue un homenaje a la ciudad donde nació la empresa, y al mismo tiempo, una celebración del talento y la creatividad nacional.
“Creer en los sueños y hacerlos realidad fue la motivación de mi padre y sigue siendo nuestra convicción como familia y compañía. Hoy celebramos 75 años de compromiso con el bienestar de los hogares colombianos”, expresó Max Naimark, presidente de Jamar.
Con cada mueble, cada innovación y cada nuevo espacio, Jamar reafirma su compromiso con la calidad, la cercanía y el desarrollo del país, demostrando que la tradición y la modernidad pueden coexistir en armonía bajo el sello de una marca que lleva el diseño colombiano al corazón de los hogares.
Entrevista con Gloria Torres, gerente de Mercadeo de Muebles Jamar
—Cumplir 75 años es un logro importante. ¿Cuál considera que ha sido el secreto para mantenerse tanto tiempo en el mercado
Jamar es una marca con 75 años de historia, pero que se ha transformado constantemente. Nosotros tenemos hitos importantes cada cinco años. Por ejemplo, la pandemia marcó un cambio decisivo: nos impulsó hacia el mundo digital y eso nos llevó a un nuevo nivel. Mientras muchas compañías enfrentaban dificultades, para nosotros fue una oportunidad para evolucionar.
Cada cinco años hemos tenido una etapa de expansión. La apertura de nuevas tiendas ha sido clave para consolidar la marca. Durante mucho tiempo estuvimos concentrados en la Costa, pero decidimos incursionar hacia el interior del país. Entrar a Bogotá y Medellín ha sido parte del éxito que hoy celebramos. Además, la llegada a Panamá fortaleció aún más nuestro crecimiento. Sin duda, la expansión ha sido un pilar del desarrollo de Jamar.
—¿Cuántos puntos de venta tienen actualmente en Colombia y Panamá?
Nacimos en 1951 aquí en Barranquilla. Hoy contamos con 22 tiendas en Colombia y 7 tiendas en Panamá.
—¿Cuál es la apuesta para este aniversario número 75?
Nosotros somos una marca país reconocida por ProColombia, lo que nos diferencia de la competencia, especialmente de las marcas internacionales que han ingresado recientemente al país con productos mayoritariamente importados. En cambio, el 85% de nuestro portafolio es 100% colombiano, elaborado con insumos y mano de obra nacional. Eso nos permite ofrecer productos más duraderos y con identidad local.
—¿En qué ciudad tienen más presencia actualmente?
Hoy tenemos cinco tiendas en Bogotá, y el próximo año planeamos abrir tres más. La expansión en la capital ha sido estratégica para fortalecer la marca a nivel nacional.
—Uno de los aspectos que más destaca en Jamar es la innovación constante en diseño. ¿Cómo logran mantenerse a la vanguardia en tendencias y colores?
Contamos con un departamento de diseño con 25 personas y un equipo de visual merchandising muy sólido. Cada año participamos en ferias internacionales como Milán, Malasia, Las Vegas y Carolina del Norte. Estas ferias nos permiten anticiparnos a las tendencias mundiales.
Por ejemplo, lo que vimos en la feria de Milán el año pasado —la tendencia de colores tierra y tonos moka— lo implementamos este año. Nos adelantamos a lo que llega al mercado y eso nos convierte en innovadores. Además, trabajamos con interioristas y diseñadores para mostrar los espacios tal como se verían en casa.
—¿Cuál es la tendencia actual en diseño y color?
Estamos en una etapa marcada por colores tierra, tonos moka y formas más orgánicas. Lanzamos la campaña “Ondara” en junio, inspirada en las curvas y la suavidad de los diseños circulares. Renovamos nuestras colecciones trimestralmente para que el cliente siempre perciba una marca viva y actualizada.
—Jamar fue pionera en ofrecer crédito a los clientes. ¿Qué representa hoy ese modelo?El crédito es una gran ventaja competitiva.
El 70% de nuestras ventas se realiza a través de nuestro propio sistema crediticio. Durante la pandemia nos convertimos en una fintech, lo que nos permitió digitalizar todo el proceso: hoy el cliente puede solicitar su crédito desde la web o WhatsApp, sin cuota inicial y solo con la cédula.
Además, tenemos el programa “Paga y Gana”, con más de 30 años, que premia a los clientes que pagan puntualmente sus cuotas. Este año, por ejemplo, rifamos tres vehículos entre los usuarios de crédito.
—¿Cómo ha sido la experiencia de expansión internacional en Panamá?
Ha sido un gran reto. En Panamá tuvimos que adaptar el portafolio porque incluso las medidas de los muebles son diferentes a las colombianas. Además, al principio la marca no era reconocida —allá nos decían “Llamar”—, pero poco a poco fuimos posicionándonos. Hoy tenemos siete tiendas y una sólida base de clientes que también acceden a crédito.
—¿Qué diferencias han encontrado entre el consumidor de la Costa y el del interior del país?
El público costeño es más glamuroso y amante del brillo, mientras que en el interior prefieren estilos naturales y minimalistas. En Bogotá, por ejemplo, nos pedían muebles donde se viera la veta de la madera o en tonos grises. Eso nos llevó a crear un eje de estilo adicional y ajustar nuestro portafolio según cada región.
—¿Ofrecen opciones de personalización en los muebles?
Sí. Este año lanzamos dos estrategias: “Mix & Match”, que permite combinar mesas y sillas libremente, y un programa de personalización de telas, donde el cliente elige la tela que desea sin costo adicional. La diferencia es el tiempo de entrega: si el producto está disponible, se entrega en 48 horas.
Además, estamos desarrollando un servicio de asesoría en diseño interior. El cliente puede agendar una cita virtual o presencial con una especialista que lo orienta en la elección de colores, texturas y disposición de los muebles, sin costo adicional.
—¿Qué desafíos han enfrentado recientemente, aparte de la pandemia?
Uno de los principales ha sido la variabilidad del dólar y los costos de insumos como madera, telas o herrajes. Para mantener precios competitivos, creamos un centro de distribución en Galapa, el más grande de Colombia y el segundo en Latinoamérica, con 30.000 m². Allí almacenamos grandes volúmenes para estabilizar precios y garantizar disponibilidad.
—¿De dónde provienen sus principales proveedores?
La industria de Jamar nació en el corazón de Barranquilla y se mantiene aquí. Muchos de nuestros proveedores son empresas familiares que han crecido junto con nosotros. Además, tenemos un Centro de Operaciones , un espacio donde los ebanistas trabajan con procesos controlados de secado, corte y pintura de madera.

