La pregunta sobre cuánto debería durar una relación sexual ha generado curiosidad, debate y hasta ansiedad en muchas parejas. Sin embargo, los estudios más recientes demuestran que no existe una duración “correcta” universal, ya que cada experiencia depende de factores físicos, emocionales y de conexión entre las personas.
De acuerdo con investigaciones publicadas por Flo Health y otros portales especializados en bienestar sexual, el promedio de una relación sexual —contando desde el inicio de la penetración hasta el clímax— oscila entre 5 y 7 minutos, mientras que, al incluir los juegos previos, puede extenderse hasta 10 o 12 minutos.
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La calidad supera al tiempo
Más allá del reloj, los expertos coinciden en que la satisfacción sexual depende más de la conexión emocional y la comunicación que del tiempo que dure el acto. Estudios han demostrado que las parejas que priorizan el juego previo, la atención mutua y el respeto por los ritmos del otro tienden a experimentar una vida sexual más plena y satisfactoria, sin importar si el encuentro dura cinco o veinte minutos.
Factores que influyen en la duración
La duración del encuentro sexual puede variar por múltiples razones:
- Estrés o ansiedad: pueden provocar eyaculación precoz o dificultad para alcanzar el clímax.
- Edad: con el paso de los años, los niveles hormonales y la energía sexual cambian.
- Frecuencia: las personas con actividad sexual regular suelen tener un mejor control de su respuesta corporal.
- Estado emocional: la confianza, la intimidad y el bienestar mental influyen directamente en el desempeño.
Los terapeutas sexuales también señalan que la presión por “rendir” o alcanzar estándares sociales puede perjudicar la experiencia, generando frustración o inseguridad.
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Juegos previos: el secreto del placer
El llamado foreplay o juego previo es una de las claves más importantes para mejorar la experiencia sexual. No solo prepara al cuerpo para el acto, sino que aumenta la excitación, mejora la lubricación natural y fortalece la conexión entre las parejas. Los especialistas recomiendan no verlo como un paso previo, sino como una parte esencial del encuentro.