Este 12 de septiembre se conmemora el Día contra la Migraña, una de las enfermedades neurológicas más incapacitantes en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), su impacto es comparable al de patologías como la demencia, la tetraplejía y la psicosis aguda.
La migraña, de origen genético, altera la actividad cerebral y provoca cambios en las señales nerviosas, las sustancias químicas y los vasos sanguíneos del cerebro. Esto genera un dolor intenso, a menudo acompañado de náuseas, vómito y sensibilidad a la luz o al sonido. Sus crisis pueden durar horas o incluso días, limitando la vida social, familiar y laboral de quienes la padecen.
Entre los factores desencadenantes más comunes se encuentran el estrés, los cambios hormonales, las alteraciones del sueño, la alimentación inadecuada y la menstruación. Aun así, el impacto de la enfermedad no se reduce solo a lo físico: el estigma en los entornos de trabajo agrava la situación. Una encuesta realizada en Estados Unidos a 2,000 empleados sin migraña reveló que el 31 % cree que quienes la sufren utilizan esta condición para evadir compromisos laborales, y el 27 % la asocia con un intento de llamar la atención.
“Su origen es genético y puede presentarse en cualquier momento, condicionando profundamente el día a día de quienes la padecen”, explica el neurólogo José David Martínez.
Este desconocimiento lleva a que muchas personas oculten su condición por miedo a ser juzgadas, lo que dificulta su acceso a flexibilidad laboral o a un ambiente de apoyo. Además, limita sus oportunidades de desarrollo profesional y aumenta las barreras socioeconómicas.
Para enfrentar este panorama, expertos y pacientes insisten en la necesidad de sensibilizar a empresas y empleadores. Reconocer la migraña como una enfermedad incapacitante, y no como una excusa, es clave para construir espacios inclusivos donde los colaboradores puedan desempeñarse plenamente.
En este camino, iniciativas como el programa “Un Lugar de Trabajo Amigable con la Migraña”, de la biofarmacéutica AbbVie, buscan transformar la experiencia de quienes conviven con esta condición. A través de educación, diagnóstico y acompañamiento especializado, el proyecto promueve la reducción del estigma y el fortalecimiento del bienestar integral en los lugares de trabajo.
La migraña es mucho más que un dolor de cabeza: es una enfermedad neurológica compleja que requiere comprensión, apoyo y acciones concretas para que quienes la padecen puedan desarrollarse en igualdad de condiciones.

