Aunque parezca imperceptible, el síndrome del impostor está afectando silenciosamente la capacidad de liderazgo de numerosos empresarios. Así lo revela el informe Korn Ferry’s Workforce 2024, que indica que el 71% de los líderes admite sentirse como un impostor, dudando de si realmente está a la altura de sus responsabilidades. Esta percepción, lejos de ser un asunto individual, impacta directamente en su forma de comunicarse y en la imagen que proyectan dentro y fuera de sus organizaciones.
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El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que afecta a personas altamente competentes, quienes, pese a sus logros, sienten que no merecen su éxito, temen ser descubiertas como fraudes y atribuyen sus resultados a factores externos más que a sus propias habilidades. Según Carlos Cardona, experto en desarrollo de habilidades comunicativas para empresarios, cuando un líder no cree en lo que dice, su mensaje pierde fuerza, afectando directamente su autoridad.
Comunicación y confianza: las claves para vencer el síndrome del impostor en empresarios
“Las ideas de inseguridad sabotean la autenticidad y hacen que el líder se esconda detrás de cifras, tecnicismos o silencios incómodos. Un vocero inseguro puede traducirse en oportunidades perdidas, porque hoy la reputación no se construye solo con datos, sino con voz y presencia”, explica el experto.
Por el contrario, una comunicación clara y segura permite a un directivo lograr equipos más enfocados, clientes comprometidos y aliados estratégicos confiables. Incluso puede impulsar objetivos comerciales al aumentar ventas, cerrar alianzas clave o atraer talento de alto nivel. Un estudio de Watson Wyatt Worldwide revela que las organizaciones con líderes efectivos en comunicación obtienen un 47% más de retorno sobre la inversión y un 44% más de retorno sobre la venta frente a aquellas con líderes deficientes.
Tras capacitar a cientos de empresarios, Cardona ha identificado que el síndrome del impostor se manifiesta en la comunicación mediante patrones como un tono de voz titubeante, sobreexplicaciones, frases que minimizan ideas, evasión de escenarios de visibilidad y tendencia a sobreprepararse para compensar la inseguridad.
Para contrarrestarlo, recomienda trabajar tanto las creencias personales como las habilidades técnicas. Entre sus estrategias: escritura reflexiva para detectar pensamientos saboteadores, técnicas de respiración y voz para recuperar seguridad, y entrenamientos comunicativos con propósito. “Todo líder debe convertirse en el vocero consciente de su visión, porque la autenticidad y la seguridad fortalecen la reputación de la marca y potencian el crecimiento del negocio”, concluye.

